Todas las situaciones que transforman la cotidianidad son aprovechadas por unos o por otros, dependiendo del punto de vista de donde se observe.
Para el caso de la movilidad, se tiene que en un mes se ha modificado dos o tres veces la medida de restricción vehicular “Pico y Placa”, que ahora se llama “día de parada” y la misma quedará por muchos meses para no ser dramático.
Paralelamente, se ha decretado control para la adquisición de víveres, medicamentos y diligencias bancarias, con base en el número terminal del documento de identificación.
Al respecto, pensaría que son pocos los ciudadanos que aplauden las medidas, toda vez que es casi imposible coincidir el número de la placa del automotor con la cédula y por tal motivo si se quieren adquirir productos y realizar otras diligencias, se debe tomar el transporte público.
Infortunadamente, no todos los conductores de la mancha amarilla, están prestando el servicio público tipo taxi individual, situación visible cuando el ciudadano se encuentra fuera del sector céntrico de la ciudad y cuando finalmente logra que el automotor se detenga para transportarlo, muchas veces es interrogado sobre el destino. Si no es conveniente para el conductor, sencillamente dice: “yo no voy por allá”.
Ahora, si usted está abordo, se da cuenta que su tarifa será ajustada por la derecha, porque el taxímetro no es encendido y es ahí donde usted decide si bajarse del vehículo para denunciar la anomalía, o quedarse callado y pagar la tarifa que le impongan.
La situación obliga a revisar el motivo del aumento tarifario. El primero, es el riesgo que asume el trabajador, toda vez que el usuario nunca le dirá que lo transporte al hospital u otro centro de salud, porque tiene fiebre y mucha tos. Tampoco le dirá que tiene un familiar contagiado con el letal virus y necesita comprar elementos de aseo.
s por eso que, absolutamente todos los conductores de servicio público, que exponen su salud y la de sus familias, deben usar el tapabocas no permanentemente y no solo cuando se sube el pasajero, debido a que las microgotas del virus, pudieran estar aún por dentro del taxi y quitársela, es quedar en alto riesgo de infección.
Además, revisar el uso de guantes porque la manipulación del dinero y tocar la mascarilla con los mismos que recibe el dinero, puede ser causa de contagio.
Considero que estas personas, que han elevado las tarifas sin que medie autorización, deben comprar guantes, antibacterial y lo más importante es que corren alto riesgo de contagio del virus, motivo por el cual no los censuro y aunque no aplaudo el aumento, deben ser medidos en la tarifa, que está y estará fuera de control por varios meses.