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Tercerización laboral
Se ha establecido como un mecanismo para evitar el nexo definitivo del trabajador y disminuir los reglamentarios aportes de ley.
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Martes, 15 de Agosto de 2017

Con la implementación de los contratos de servicio, los colombianos y especialmente los jóvenes profesionales ven disminuido su anhelo de vinculación permanente a una empresa.

La famosa tercerización laboral se ha establecido en nuestro país como un mecanismo por parte del empleador de evitar el nexo definitivo del trabajador y disminuir los reglamentarios aportes de ley.

El Ministerio de Trabajo, en su Resolución 5670 del 2016 ha forjado unas pautas que las empresas de servicios temporales (EST) aplican para proveer personal para aquellas labores que se consideran “misionales” o sea de corto o mediano plazo. Son aquellas tareas que se ejecutan en un tiempo determinado que en muchas ocasiones no superan los 6 meses.

Sin embargo, como sucede en forma continua, las leyes o normas en nuestro país no se respetan y las empresas tanto privadas como públicas han excedido en el uso de esta figura laboral. Es común conocer casos en los que jóvenes son contratados bajo dos figuras, por un lado las EST cubren una parte del sueldo  y  la empresa lo hace con la otra. Es una forma descarada que implica que el trabajador recibe un sueldo disminuido para que cotice en su pensión.  Y eso teniendo en cuenta que desde el año 2015 el Decreto reglamentario 107 prohíbe que las actividades permanentes sean contratadas a través de cooperativas de trabajo asociado.

Existen dos elementos que hace que esta figura de tercerización laboral sea ilegal:

“Se vincula personal para el desarrollo de actividades misionales permanentes a través de un proveedor y se vincula personal de una forma que afecte los derechos constitucionales, legales y prestacionales consagrados en las normas laborales vigentes” (Revista Portafolio).

Los empleos temporales, si bien es cierto cumple específicamente una misión se ha vuelto arma de doble filo, por cuanto las empresas han abusado de esta figura en detrimento de los ciudadanos que ven con desaliento como se le obstruyen las oportunidades en el campo laboral.

Triste para los jóvenes que van discurriendo de empleo en empleo sin afincar sus capacidades para una misma empresa y triste también para los empresarios que no saben valorar la permanencia de un trabajador que a lo largo de los años se convierte en un activo luchador de sus mismos propósitos, es decir ha logrado obtener el sentido de pertenencia tan propicio y vital para el crecimiento de cualquier negocio.  

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