Hace unos meses una joven mujer entró a un cementerio en París, besó la figura en una tumba de un hombre que murió hace más de 150 años, y se desnudó tratando imaginariamente de tener una relación con ese periodista muerto que es un símbolo en Francia y en el mundo. No es la única mujer que lo ha hecho, es un episodio que ocurre con relativa frecuencia; se trata de la tumba de Víctor Noire, un joven periodista de 22 años que fue asesinado por un sobrino de Napoleón, generando ese episodio en el siglo XIX una de las revueltas antibonapartistas más grandes en Francia, al extremo que obligaron al exilio del victimario Pierre Bonaparte.

El nombre real del periodista era Yvan Salmon, pero había decidido cambiarlo para darle más fuerza a la reputación que buscaba darle a su carrera, asistiendo a su funeral más de 100 mil manifestantes que ya no aceptaban la injerencia de la dinastía de los Bonaparte en la vida política del país.  

Es la tumba más visitada en el mundo en el cementerio Pere Lachaise, muy cerca a otros inmortales como la de Oscar Wilde y Edith Piaf. Son tantos los visitantes y las expresiones amorosas que permanentemente le hacen a las estatuas, que en las del periodista y en la de Wilde, han tenido que colocarles protectores de vidrio especiales para evitar su deterioro por las frecuentes expresiones de besos y expresiones corporales semidesnudas que fanáticos y admiradores hacen con las tumbas.

La figura hecha en bronce del periodista tiene un simbolismo especial porque se considera que las mujeres que la visitan pueden llegar a tener un incentivo para la fertilización, al extremo que cuando el escultor que la hizo, curiosamente hizo una protuberancia especial del miembro del joven asesinado. En el mito que hay sobre la tumba de Víctor Noire se llega a considerar que si una mujer toca la pierna izquierda de la estatua, pronto podrá tener un hijo, y si lo hace sobre la derecha, podría tener gemelos.

La tumba es muy visitada igualmente por admiradores de la prensa, y frecuentemente asisten para hacer protestas cuando secuestran, caen prisioneros o matan periodistas en cualquier parte del mundo; la tumba de Noire se ha convertido en un referente mundial. Hace algunos meses fui al cementerio y me comentaba uno de los vigilantes que aún en las noches la vigilan por turistas que tratan de pasar la noche a su lado. Años después de su muerte, cuando se hizo el juicio al sobrino de Napoleón por el asesinato del joven periodista, el Tribunal lo exoneró con el argumento que había actuado en legítima defensa.

El pueblo parisino que aún tenía presente los excesos de los Bonaparte, particularmente de Napoleón III que llegó a la presidencia en 1852 y posteriormente se volvió emperador en 1858 con un golpe de Estado que dejó muchos muertos, en los años 60 Francia invadió a Méjico por la decisión de este último de no pagar más la deuda.

Las tropas francesas fueron derrotados y humilladas en Méjico, dando lugar a comentarios de burla del periodista que fueron tomados como un insulto por el último emperador de los franceses, Napoleón III. Se concertó un duelo entre Pierre Napoleón y el periodista, como eran las normas de honor de la época. Pierre lo rechazó con el argumento que no aceptaba un duelo con un plebeyo, rechazo que generó la protesta del periodista que fue a enfrentarlo y encontró la muerte.

Por aquí en Colombia, en Barranquilla está la tumba de otro periodista, la de Álvaro Cepeda, y quienes eran sus amigos de la Cueva iban a visitarlo en las noches a “Los Jardines del Recuerdo”. Hablaban con él, trataban en vano de despertarlo, y ya quizás por el miedo de la noche y el cementerio le gritaban: “Despierta hp., ven a tomar ron con nosotros”. La tumba de otro ilustre periodista, muy Macondiano.