Nunca se debe olvidar que una independencia financiera para un futuro donde se obtenga una mejor calidad de vida y mayor bienestar no llega de forma espontánea. Es necesaria una planificación en el hoy que lleve al individuo a construir una fortaleza económica para el mañana.
Según afirma Sara Díaz y Juan Carlos Betancourt del equipo financiero de Suramericana, cuando iniciamos con ingresos propios originados en nuestro primer trabajo se tiene una sensación de liberación que te halona hacia nuevas experiencias y a gozar de placeres que antes no tenías por carecer parcialmente de algunos recursos económicos, es clave, que empieces a pensar en tu futuro.
Debes planear tus finanzas. Realiza un presupuesto que tenga en cuenta ingresos, deudas, gastos, compromisos tributarios, gestión de riesgo, salud y pensión. El ordenamiento de estos factores le será de gran ayuda para alcanzar sus objetivos financieros y el estilo de vida que desearía tener y, además, le enseñará a priorizar sus inversiones en el corto, mediano y largo plazo.
Al realizar un presupuesto, es clave tener certeza de cuáles son los ingresos reales y, sobre los egresos y gastos es determinante la clasificación de los mismos en: gastos legales, gastos básicos, gastos de compromiso, gastos de libre destinación y ahorro. Entre los legales, están las deducciones para seguridad social y retenciones en la fuente que disminuyen el ingreso en forma automática. Los básicos, entre otros, son alimentación, vestuario, vivienda y manutención a terceros. Los de compromiso son pagos a entidades financieras o terceras personas. Libre destinación son los gastos utilizados para entretenimiento, educación personal o regalos a terceros. El ahorro es la garantía para tu futuro. Debe tener un propósito y estar de acuerdo con la realidad financiera del individuo.
La clave para tener un futuro financiero estable es el desarrollo de un hábito de ahorro y ver las mejores opciones de inversión. Lo anterior debe estar estrechamente ligado con el endeudamiento. No decida endeudarse si su capacidad económica no le permite asumir esta obligación porque su futuro podría sufrir un impacto negativo con embargos que darían al traste con su esfuerzo y patrimonio, labrado durante varios años. Se debe tener un manejo muy cuidadoso de productos financieros como las tarjetas de crédito, recordando permanentemente que estas no son una extensión de su salario.
Nunca se aleje de su visión del futuro. Las acciones que emprenda hoy impactarán su tranquilidad y estabilidad económica del mañana. Se deben analizar las consecuencias positivas o negativas de cada decisión, como algunas acciones que lo lleven a recibir dinero adicional a su salario. Se debe ser muy estricto en el manejo de decisiones financieras como un gasto por antojo en cosas innecesarias. La influencia colectiva a veces puede ser negativa y llevarlo a tomar decisiones en gastos de lujos por estar a la moda con tus amigos y familiares, sin tener capacidad económica para realizarlos. El consejo es no los hagas porque lo único que no tiene precio es poder dormir en paz.
Debe crear un fondo para imprevistos o emergencias para tener tranquilidad si algo negativo sucede. Es necesario registrar en el día a día todos los gastos que se realicen, así se prioriza a que destinas tu dinero de acuerdo con las capacidades económicas. Si tu edad está entre 30 y 40 años el consejo financiero es: incrementa el porcentaje de ahorro y, en caso de tener hijos, organiza el presupuesto para su educación futura. Si está entre 40 y 50 años incrementa sus ingresos como resultado de rendimientos originados en sus inversiones. Si tiene una edad entre 50 y 60 años aumente los aportes a la seguridad social y busca balance presupuestal para cancelar deudas. Si supera la edad de 60 años póngale fin a sus deudas, disfrute el patrimonio construido y realice actividades, no de trabajo, que le brinden salud física, mental y financiera.