El ICA enfrenta un nuevo escándalo por la captura de siete funcionarios por traficar con Guías de Movilización para “blanquear” contrabando de ganado desde Venezuela; un delito de extrema gravedad por su impacto negativo para la ganadería.
¿Qué pasó en el ICA?, una entidad clave para modernizar la producción agropecuaria y transformar el campo; un socio estratégico de los gremios productivos y de Fedegán especialmente, con el que dimos pasos bien encaminados en trazabilidad, avanzamos en un sistema de Guías Sanitarias de Movilización y alcanzamos, con el Fondo Nacional del Ganado, el estatus de país libre de fiebre aftosa, hoy perdido y en proceso de recuperación.
Para responder tomo prestadas las palabras del ministro Valencia en reciente entrevista: “Es una entidad (…) completamente permeada por la política y con altísima percepción de corrupción. Hace demasiadas cosas para su capacidad de gestión (…) entre 2006 y 2008 fue la cuarta entidad más transparente… En el más reciente reporte, (…) ocupó el lugar 68 entre 75 entidades”.
“Hace demasiadas cosas…”. Esa es la causa efectiva de su inoperancia. El ICA terminó hipertrofiado por “contratitis” (3.048 contratos en 2015 por más de 121 mil millones!, y 975 en 2016 por 36 mil millones). He ahí la razón última: una entidad eficiente convertida por el gobierno de la mermelada en otra “permeada por la política y con altísima percepción de corrupción”.
¿Qué hacer? El ministro “la tiene clara”. “El ICA debe ser una autoridad de sanidad animal y vegetal exclusivamente”, le respondió al entrevistador; y a la pregunta por las funciones actuales, contestó sin ambages: “Las tercerizamos. Las trasladamos a entidades públicas o privadas, sin que se pierda el control…”.
Es volver a andar lo desandado. En 2012, el Ministerio rescindió los convenios con Fedegán para el manejo operativo de las Guías de Movilización y de la trazabilidad a través de gremios regionales, sin menoscabo de la función del ICA como autoridad sanitaria.
Entre tanto, a pesar del clamor lechero, no existe la red de laboratorios de referencia para quitarle a la industria el papel de juez y parte. Por su costo, el ICA nunca alcanzará ese objetivo autoimpuesto, pero sí el sector privado, sujeto a exigentes protocolos y bajo estricta vigilancia de la autoridad sanitaria.
De lejos, la admisibilidad sanitaria para el acceso a los mercados con TLC suscritos es la principal deuda. Desde esa perspectiva, el ICA es el Ministerio de Comercio para la ganadería, pero antes debe explicar el incremento, de 22,5 a 26 millones de cabezas en año y medio, no sea que entre vacunaciones fantasmas e ilegales Guías de Movilización, se esté legalizando el contrabando con inmensos riesgos sanitarios para el país.
No hay duda. Es urgente un nuevo ICA, una autoridad sanitaria confiable y respetada dentro y fuera del país.