Está por terminar el año y es la época propicia para hacer los balances, al tiempo que se elaboran los propósitos para el año venidero, tanto en lo personal como en lo colectivo.
La ciudad se vio golpeada por el cierre de la frontera, se interrumpió el flujo de personas y vehículos en ambos sentidos entre Colombia y Venezuela con el supuesto propósito planteado por el gobierno del vecino país, de traer la paz a esa extensa zona y acabar con el contrabando.
Las medidas de excepción que tenían un fondo electorero, tuvieron un efecto contrario para el presidente venezolano porque hechas las reflexiones luego de su derrota en las elecciones parlamentarias, se puede resumir la situación con la frase: el pueblo está maduro, pero Maduro no está con el pueblo.
Tal vez el sector que más resultó golpeado con esa medida fue el de los expendedores callejeros de gasolina, los “pimpineros” que, si bien vieron muy menguada su actividad, se niegan a desaparecer y se dan las mañas unos pocos para resistir a la situación y mantener con vida sus cambuches. Los demás sectores, especialmente el comercio, podría decirse que han soportado en mejores condiciones la situación, aliviada en parte por las medidas económicas adoptadas por el gobierno nacional con propósito paliativo y que lograron algún efecto positivo.
Fueron elegidos nuevos gobernantes mediante el voto y están listos para asumir su papel en la alcaldía de la ciudad el señor César Rojas y en la gobernación repite William Villamizar. Todos los cucuteños y nortesantandereanos estamos esperando con gran expectativa lo que será la gestión de cada uno para sacar adelante esta región.
Lo que más se les pide es que cuiden la plata del presupuesto y ojala la destinen solo a las obras que se requieren, que haya un manejo sagrado de los dineros públicos al mejor estilo Mockusiano. Porque ejecutando así sus planes de gobierno será mucho lo que habremos ganado al final del periodo de cada uno. Los diputados y concejales fueron renovados en buen número y es de esperarse que también cumplan un papel decoroso en bien de la comunidad que los escogió para esos cargos.
Al alcalde Donamaris Ramírez se le reconoce el empeño puesto en mejorar varios frentes, en especial la malla vial, tanto en el sector céntrico como también en la periferia, el cambio salta a la vista y los conductores se benefician de estas obras, sobre todo en los barrios donde hace rato no llegaba una brigada de trabajo para mejorar el estado de las vías. Queda con saldo en rojo el asunto de los semáforos que requieren un cambio total y la instalación de nuevos aparatos de este tipo en muchos cruces.
Faltan mucho por mencionar en este ligero resumen, pero pensemos que han sido muchas las cosas buenas y pocas las malas en este agónico año, para poder estar optimistas de cara al año entrante. Felices fiestas.