Rotary International fue fundada en Chicago, en 1905, como la primera organización mundial de clubes dedicada al servicio voluntario y se extendió rápidamente alrededor del mundo. El principal mentor fue Paul Percy Harris, nacido en Racine en abril de 1868 y fallecido en Illinois en enero de 1947. En sus inicios, él pensó que si se unía a los pocos amigos que tenía en la ciudad y si juntos “tiraban para adelante”, como debe ser en cualquier región como la nuestra, podrían sacar algo bueno de la devastadora crisis que les había tocado pasar en Chicago por esos años.
El 23 de febrero de 1905, Harris formó el primer club con otros tres comerciantes: Silvester Schiele, un comerciante de carbón, Gustavus Loehr, un ingeniero de minas, e Hiram Shorey, un sastre comerciante. Paul Harris lo nombró como el club “Rotary” porque los miembros se conocieron rotándose entre sus establecimientos comerciales.
Rápidamente adquirieron muchos miembros. Pronto, Paul se fue convenciendo de que el Rotary Club podría ser transformado en un movimiento importante de servicio y trató de expandirlo a otras ciudades. Cuando Harris murió, su sueño había crecido de una reunión informal de cuatro señores a más de 6.000 clubes.
Hoy en día, Rotary es una red mundial compuesta por más de 35.000 clubes, con cerca de 1’200.000 vecinos, amigos, líderes y personas, de más de 200 países, que toman acción para solucionar problemas y que unidos generan un cambio positivo y perdurable en comunidades de sus países y del extranjero. Los clubes se reúnen semanalmente para planificar proyectos de servicio, debatir temas locales y globales y disfrutar del compañerismo, que es uno de los principales ingredientes del rotarismo.
Hace exactamente cien años, el presidente de Rotary International, Arch C. Klumph, propuso en la Convención de 1917 crear un fondo de dotación para “hacer el bien en el mundo”. Este fue el origen de la Fundación Rotaria. En 1929, la Fundación concedió la primera subvención cuando entregó un monto de 500 dólares a la Sociedad Internacional para Niños Lisiados.
En esencia, la Fundación Rotaria transforma las donaciones en proyectos que cambian vidas a nivel local y en todo el mundo. Dada su calidad de rama filantrópica de Rotary, trabaja con el firme respaldo de la red mundial de rotarios que invierten tiempo, dinero, conocimientos y experiencia en prioridades, como la erradicación de la polio y la promoción de la paz.
Las subvenciones potencian a los rotarios para abordar desafíos como combatir la pobreza, el analfabetismo y la desnutrición, mediante soluciones sostenibles que tengan un impacto duradero.
En 1947, la Fundación Rotaria estableció su primer programa, las Becas para Estudios Avanzados y a partir de entonces, han transcurrido siete décadas de intensa labor. Los avances incluyen las Becas de Buena Voluntad, Intercambio de Grupos de Estudio, Becas para Entrenamiento Profesional y Subvenciones para Actividades de Apoyo al Objetivo de La Fundación Rotaria.
En 1978, la entidad empezó a ofrecer el programa de Subvenciones de Salud, Nutrición y Desarrollo Humano, conocidas como 3-H. La primera de ellas fue destinada a un proyecto en las Filipinas para vacunar contra la polio a 6 millones de niños. En 1985, se dio inicio al programa PolioPlus para erradicar este flagelo del planeta.
Los primeros Foros de Rotary para la Paz se llevaron a cabo entre 1987 y 1988. Ellos fueron la base para lo que luego se instituyó como las Becas de Rotary Pro Paz. Esta es una de las iniciativas que mayor reconocimiento ha obtenido, pues promueve el entendimiento entre pueblos y culturas diferentes.
Todos estos programas de La Fundación Rotaria invitan a todos a participar en lo que más se adapte a las inmensas inquietudes por el bien común y por hacer del mundo un sitio mejor para vivir.
Mañana, 23 de febrero, en muchas partes del mundo, se verán ondear la banderas de la Fundación Rotaria y detrás de ella, orgullosos los socios rotarios dispuestos a promover la paz, a combatir las enfermedades, a trabajar por el acceso de las comunidades al agua potable, a los buenos hábitos de higiene, a fomentar la educación y la cultura y a desarrollar las economías locales.