Hace cuatro meses y cuatro días le dijimos al Alcalde Jairo Tomás Yáñez que en su ejercicio público le cogió la leva, pues solo a punto de terminar el mandato, -perdió tres años-, emprendió el cuento que echó en Denver Colorado;

La construcción de la PTAR- Planta de tratamiento de residuos sólidos de los ríos Zulia y Pamplonita. 2. La culminación de la conexión al sistema nacional que está terminando Findeter.  3. La Granja solar de la Guaimarala.  4.  El comienzo del embalse multipropósito de Cínera. 5. Y la matrícula en planeación nacional del proyecto bicentenario Tren del Catatumbo-Convención- Gamarra. Sí, perdió tres años.

Antier de manera contumaz repitió; me faltó más tiempo para trabajar por mi ciudad, pero le advertimos el adagio popular, quien se levanta tarde, ni oye misa, ni compra carne.

Hay que reconocer que el Alcalde es un hombre de buena fe, pero que el proverbio bíblico dice, que Jehová no soporta dos cosas: que el culpable sea declarado inocente y que el inocente sea declarado culpable. Circunstancias que sus subalternos ambidextros practican hasta dos veces al día. En otros términos, el que inocentemente peca, inocentemente se condena.

Es ingenuo Jairo Tomás, cuando en su extenso reportaje afirmó que le faltó tiempo para trabajar por Cúcuta y que su sueño 2050 hasta ahora comienza. Mucho más inocente la baladronada que las finanzas quedan recuperadas y totalmente blindadas. ¡Válganos Dios!

Pese que La cultura de pago de los contribuyentes cucuteños subió del 33 al 52 % merced a los generosísimos alivios tributarios, ello no es indicador de saneamiento de las finanzas.

No lo puede ser cuando el presupuesto de gastos del orden de ochocientos billones cerró a 31 de diciembre de 2022 con un déficit de ciento cuarenta y ocho billones de pesos.

Déficit es en teoría económica es un desequilibro que se da cuando el gasto público excede a los ingresos, en perjuicio del pueblo y de la economía nacional.

Así las cosas, estamos en el puesto 18 entre 32 ciudades del pais, por debajo de Tunja y Bucaramanga, de Manizales y Pereira, de Popayán y Armenia, de Ibagué y Neiva, de Pasto y Villavicencio, incluso de Yopal, después de ocupar el puesto 6 en el concierto nacional. ¿Qué le pasó en estos cuatro años Jairo Tomás? ¿Lo del borracho fanfarrón, que gritaba “como vamos, vamos bien y lo llevaban de las g… gónadas?

Adenda: La RAE define Fanfarronada así: “es un adjetivo. Dicho de una persona que alardea: Jactancioso, presuntuoso, petulante, fantoche, bravucón, valentón, gallito, matasiete, fachendoso, echador, rajón.