En toda la geografía colombiana, ha hecho carrera la frase: “yo le colaboro”. La misma es utilizada por muchas personas, especialmente por aquellos que portan uniforme, ya sea de nuestra querida institución o simplemente un trabajador que presta sus servicios de vigilancia.
También es utilizada por el personal que trabaja en bancos y de manera especial, un alto porcentaje de funcionarios que atienden público.
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la palabra “colaborar” puede significar: Trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra.
Escribir habitualmente en un periódico o en una revista, sin pertenecer a la plantilla de redactores. Ayudar con otros al logro de algún fin.
Tal como lo define la RAE, en ningún caso aplica a las acciones que por ley debe cumplir la autoridad, tampoco incluye las tareas que desarrolla un vigilante, empleados del sector bancario y aún menos a los funcionarios.
Absolutamente todas las personas que laboran en los sectores que mencioné, debieran eliminar de su cerebro la fastidiosa frase “yo le colaboro” toda vez que los mismos reciben remuneración por su trabajo y por lo tanto, no es un favor desinteresado que prestan, sino por el contrario una cuenta de cobro que dejan al ciudadano a quien no le queda otra opción diferente que agradecer.
En algún momento de nuestras vidas, nos ha tocado acudir a un agente de policía en búsqueda de apoyo o protección, pensando que su actuar está dentro de los postulados de esos servidores públicos, pero infortunadamente todos actúan previo a la recitación de la mágica frase y si usted reclama, sencillamente puede ser objeto de una infracción contemplada en la discutida ley de convivencia ciudadana.
Ahora, si es el caso de un vigilante y a usted se le ocurre preguntarle por alguna persona que trabaja en determinada empresa, de inmediato sacan su facturero diciendo: “...ya le colaboro, voy a mirar”.
El caso más patético es el que hace referencia a los funcionarios.
Casi en su totalidad, cuando tienen dentro de sus funciones atender al público, es lo que más les desagrada y por el contrario, son lentos, evaden al ciudadano que con angustia requiere información y cuando ya le ven la cara de desespero, sin agallas y con descaro le dicen: “yo le colaboro, pero tiene que esperar porque no he desayunado”.
Es necesario que los gerentes de empresas privadas, altos oficiales de Policía, directores y jefes de institutos descentralizados con sede en nuestro departamento, les expliquen a sus subalternos el alcance de la palabra “colaborar” puesto que en todos los ejemplos que cité, las personas reciben remuneración y para el caso de los funcionarios, recordarles que con nuestro dinero pagan sus salarios, de tal manera que lo que hacen no es colaborar. Eso es abusar.