La semana que pasó, escribí en la columna el injusto trato que la autoridad de tránsito daba a los héroes y heroínas que se encuentran en la primera línea de defensa, mientras paralelamente, nacía la Resolución 0130 del 31 de julio de 2020.
En el citado acto administrativo, se reconoce la invaluable tarea que realizan esas personas, consignando en el su articulado: “Como reconocimiento del valor e importancia del personal médico…”.
Además, para poder distinguir a los vehículos que son utilizados, establece el parágrafo 1: “La señalética para vehículos automotores tipo automóvil o camioneta constará como mínimo de una marcación mediante adhesivo ubicado en la parte superior del vidrio panorámico frontal, marcación en la parte superior del vidrio panorámico posterior, así como del capó del vehículo …”.
Al respecto, es preciso recordar al secretario de Tránsito y Transporte del municipio de Cúcuta, que la medida restrictiva denominada pico y placa, se dio por medio del Decreto 0300 de 2019 y en consecuencia, debió ser otro decreto el que modifique lo definido en la materia.
En cuanto a la solución del problema, no existe precedente alguno que genere más indignación que obligar a marcar sus vehículos, a las personas que de una u otra forma, arriesgan sus vidas luchando contra un enemigo cuya acción está cobrando la vida de personas de todas las razas, edades y condiciones sociales.
Es más, pensaría que se van a quedar con la mayor parte de adhesivos, puesto que ese tipo de acciones discriminatorias, rayan en las buenas costumbres y en el respeto que se debe tener a quienes eligieron esa manera de sustento y crecimiento personal.
Marcar los vehículos con cintas de color rojo y obligar a los conductores de motocicleta a transitar por la ciudad, con un sello, sería generar las condiciones perfectas de insultos y ataques a la integridad y bienes, por parte de las personas que tienen aversión hacia los trabajadores del sector salud.
Considero que la decisión de marcar vehículos merece además de una revisión, una verdadera y sincera disculpa a todo el grupo de héroes y heroínas que a mi modo de ver, en lugar de premiarlos o estimularlos, son duramente castigados con tan ridículas soluciones.
La administración municipal debe buscar verdaderos estímulos, en lugar de exponer a maltratos verbales y físicos a quienes por vocación, arriesgan sus vidas y ese tipo de marcas en el patrimonio de dichas personas, solo demuestra arrogancia e ineptitud de quienes se atrevieron a proponer tan descabellada solución.