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Cúcuta: en La Ínsula, uno de los barrios más longevos, claman solución a sus problemas
La mayoría de calles son trochas, en las que cada vez llueve se forman grandes lagunas y se vuelcan ríos de barro.
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Martes, 16 de Marzo de 2021

Ubicado en la comuna 6, sobre la vía a El Salado, se encuentra el barrio La Ínsula, uno de los más longevos de Cúcuta, con alrededor de 90 años de historia. Su nombre retumbaba entre los habitantes de la frontera entre 1960 y 1970, cuando por esta época funcionaban centros de lenocinio en la zona.

Era tal la cantidad de bares dedicados al turismo sexual, que se denominó zona de tolerancia, hasta que, a principios de los años 80, luego de que la moneda venezolana sufriera una fuerte caída, los vecinos fronterizos, quienes más solían frecuentar estos lugares, dejaron de hacerlo. La situación puso en un inesperado jaque a muchos negocios y, ante la baja de ingresos, se vieron obligados a cerrar.

La Insula antaño

 

“En las horas de mañana, por estas calles no se veía ni un alma. Era muy solo. Pero, en las noches y hasta altas horas de la madrugada, un gran número de personas llegaban para entrar a los bares, hombres y mujeres. La mayoría, en ese entonces, eran extranjeros”, recuerda José Benítez, quien ha sido habitante de La Ínsula desde su infancia.

Otros vecinos relatan que el ambiente de la zona era bastante diferente al de un barrio normal de la ciudad, en especial para los niños y niñas que, aunque eran pocos, tuvieron que aprender por la fuerza a convivir con mujeres y transexuales que se dedicaban a este oficio. Ala vez, debían presenciar la crudeza de las escenas violentas y de sangre que los marcaron para siempre.

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Tratando de cambiar el estigma

Aunque muchas personas de la ciudad y del vecino país recuerdan a La Ínsula como un barrio para el placer sexual y de escándalos frecuentes de orden público, hoy en día, allí desaparecieron por completo estas actividades. En cambio, el nuevo panorama trajo talleres de autos, tiendas, algunas industrias y hasta un conjunto residencial de apartamentos llamado Bilbao.

Aunque La Ínsula ha dejado de lado todo su pasado el estigma, que sobre ellos recae, aún prevalece. Tanto que la Junta de Acción Comunal (JAC) intentó cambiarle el nombre al barrio en 1998. Los miembros gestionaron trámites cuando la Alcaldía de Cúcuta era administrada por el exalcalde José Gélvez Albarracín, pero no obtuvieron ninguna respuesta positiva.

 

La Ínsula Calle 3

 

Calles en mal estado

La Ínsula posee un perímetro pequeño de solo seis cuadras. Sin embargo, solo tres de ellas, las principales, están en un estado aceptable. Las demás están en condiciones precarias y en época de lluvias se hacen ‘trochas’ intransitables.

“Las carreteras acá son horribles. No están pavimentadas y han tenido tanto daño que se han formado unos cráteres inmensos. Por ejemplo, estos días que ha llovido, las lagunas han hecho imposible el paso”, denunció Jenni Pinzón, vocera de los residentes del Conjunto Bilbao.

 

La-Ínsula-parque.

 

Inseguridad y otros males

Pero el estado de las vías no lo es todo. Además de obsoletas, también son focos de inseguridad constante.

Según habitantes, ni en horas de día ni de la noche se puede salir, porque, ante la creciente proliferación de habitantes de calle, vendedores y consumidores de alucinógenos que entran y salen, en cualquier momento están sujetos a robos y el temor de que algo mucho peor pueda suceder.

La mayoría de las luminarias del alumbrado público están dañadas. Aunque han pasado las denuncias, a la empresa encargada de prestar el servicio, no han logrado que lleguen a repararlas.  “No sabemos si se las han robado o las han partido, pero de noche, algunas calles son totalmente oscuras y los ladrones se aprovechan para robar sin dejar rastro”, agregó Pinzón.

Otro problema que se presenta es el parqueo constante de vehículos de carga pesada en las vías principales. Su desmesurada presencia obstaculiza la vista de peatones que desean cruzar de un lado a otro y se convierte en un riesgo mortal. Ante la falta de un puente peatonal que ayude a prevenir, el peligro de accidentes los aterroriza.

 

 

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La estratificación, un problema reciente

Para tantos problemas en La Ínsula, habitantes no justifican la subida al nivel socioeconómico. Lo que ha hecho es afectarlos con el alza a los impuestos y servicios públicos.

“Nosotros éramos estrato dos, pero desde el año pasado subieron a tres tanto a predios del barrio como del conjunto cerrado Bilbao. Me parece un abuso porque esto no es una zona comercial y el abandono en el que se encuentra es terrible. Ninguna alcaldía, ni las secretarias nos ha tomado en cuenta”, apuntó la vocera.

Desde hace más de tres años, las personas que viven en la zona han intentado exponer sus problemáticas, pero no han visto que se les haya tomado en cuenta. Han elaborado derechos de petición y se han denunciado por medio de algunos medios de comunicación locales las situaciones que atraviesan, pero no ha pasado más allá.

La única alternativa es salir a las calles y hacer manifiesta su inconformidad, como sucedió el pasado sábado 13 de marzo, cuando protestaron en un plantón pacífico a la espera de que esta administración les dé alguna buena noticia.

 

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