El lunes inició con un dilema en el barrio Palmeras, surgido en la ciudadela Juan Atalaya en 1965. Este sector fue dividido hace algunos años en parte alta y parte baja por sus mismos habitantes, y durante todo este tiempo ha sido evidente su transformación, gracias a las obras comunitarias, entre las que se destacan la construcción de la Parroquia Pío X y algunas escuelas.
Sin embargo, desde hace décadas, las propiedades de los terrenos han ido pasando a hacer parte del inventario de otros barrios, lo que ha provocado inconformidades entre los habitantes de Palmeras.
Hacia la Comuna 6, se encuentra el barrio Panamericano, conocido en otro tiempo por ser un territorio de chircales artesanales, pero hoy, se ha convertido a través de los años en otra comunidad víctima del olvido municipal.
Sus habitantes expresan que carecen de todo: parque, iglesia, canchas modernas; señalan que lo único que los acompaña es un escenario deportivo de barro del que fueron ilusionados por una intervención, pero conforme pasan los mandatos gubernamentales, continúan a la espera de un milagro. Cambios en luminarias y pavimentación fueron obras luchadas, pero aún enfrentan un panorama frecuente de inseguridad.