Ubicados en la Comuna 6, los habitantes del barrio Rafael Núñez esperan un mayor acompañamiento de la Policía dado el profundo impacto que ha tenido la delincuencia en estos últimos meses.

Entre otros problemas, sus recibos aumentan a la par que sus calles se agrietan y resquebrajan. Los habitantes esperan una oportuna respuesta de la administración para responder a sus solicitudes.

Por otra parte, tierra de zapateros del barrio San Miguel, los habitantes de Arnulfo Briceño crearon hace 30 años un hogar cercano a su lugar de trabajo, pero luego de trámites que parecen eternos, aún no han sido legalizados como barrio por presentar tres clases de riesgo. Conozca aquí en qué va el caso.

Hace 28 años, se forjó el barrio Villa Nueva con la unidad de un grupo de personas desplazadas. Actualmente batallan contra la inseguridad de su sector y el alza de los recibos públicos, y aunque han intentado gestionar soluciones con los entes territoriales, aseguran que la respuesta no ha sido clara.

En el barrio Belén de Umbria, la comunidad solicita que las zonas verdes libres sean aprovechadas para la construcción de un centro de salud y un salón comunal, pues desde que la estratificación los escaló a estratos 3 y 4, se sienten apuñalados y viviendo en una zona falta de inversión en la que no se justifican los precios.

Por último, ediles de la Comuna 1 expresaron su preocupación por el aumento de la inseguridad y consumo de estupefacientes en puntos críticos como Canal Bogotá, Parque Lineal, Terminal de Transporte, entre otros. La falta de señalización luego de las intervenciones de bacheo es otra de las inconformidades.

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