El Cúcuta Deportivo empató este miércoles sin goles ante Atlético Bucaramanga en un clásico copero que dejó un sabor agridulce para los motilones.
En duelo por la jornada 4 de la Copa Colombia Sebastián Méndez guardó a sus titulares para la Liga y esgrimió a las figuras que aguardan ansiosas por minutos de juego.
Pero, a pesar de haber sido los dueños del balón, los dirigidos por el argentino no lograron imponerse en su casa.
Los pupilos de Méndez saltaron al campo de juego con la intención de ganarse la titularidad, y esa energía que mostraron los del ‘Grupo B’ se reflejó en el campo de juego.
Un equipo con todas las ganas de imponer sus condiciones al que, a pesar de las buenas intenciones, también le hizo falta un buen ejecutor en los últimos metros para aprovechar todas las opciones que se crearon.
Apenas empezar el partido, los motilones que menos aparecen en la Liga colombiana empezaron a apoderarse de la esférica, ofreciendo un fútbol más ofensivo que los visitantes, quienes aguantaban la arremetida de ‘la Tribu’.
Destacó en la primera parte el volante cucuteño Jefferson Solano, jugador que fue importante en el campeonato de ascenso pero que para esta temporada ha sido relegado. Fuentes extraoficiales dicen que por falta de rendimiento y entrega en los entrenamientos, pero este miércoles demostró todo lo contrario –por lo menos en los primeros 45 minutos-.
Otros de los destacados fueron los centrales José Orlando Pérez y Luis Ortiz, quienes defendieron con jerarquía los predios de Johnny Da Silva.
Sobre el minuto 13 llegó una de las jugadas más claras para los motilones. El atacante Wilder Guisao se hizo con el balón dentro del área y sacó un remate dirigido que finalmente salvó con afugias el cancerbero visitante James Aguirre.
Superada la primera media hora de juego los ‘Leopardos’ empezaron a despertarse y a responder los ataques de los cucuteños; sin embargo los motilones, a pesar de no tener un fútbol vistoso, eran los dueños de la cancha.
En al menos tres oportunidades más el pórtico de los visitantes estuvo a punto de caer, antes de que finalizará la primera parte.
No hay quien marque
Para la segunda parte se repitió la historia: el once rojinegro presionaba, los bumangueses se defendían y esperaban aprovechar los contragolpes.
Pero de la enfermedad de la Liga se contagió la Copa. Los motilones crearon opciones y abrieron efectivamente el campo de juego, sin embargo las definiciones no llegaron. No hay quien haga gol en el Cúcuta Deportico si no es Jonathan Agudelo. Los hombres en punta de Méndez no encuentran su lugar en el campo de juego y dilapidan los balones más claros de cara a puerta, algo que ya está pasando una larga factura a los de la frontera.
Con el empate de ayer los motilones se quedan provisionalmente con la segunda plaza del grupo D de la Copa Colombia. De cuatro partidos jugados han empatado tres y ganado uno.