“La sensación fue una ‘chimba’. No sabía qué hacer. En mi mente tengo grabado como entró el balón y que después salí a correr como un loco”. Estas son las palabras del juvenil cucuteño Juan Pablo Marín cuando recuerda su primer gol como profesional con el Cúcuta Deportivo.
Todo sucedió en la tarde del domingo 23 de marzo en el estadio Metropolitano de Techo de la capital de la República; ¿el rival? La Equidad por la fecha seis de la Liga Apertura 2020. Todo sucedió al minuto 24 del primer tiempo.
El ofensivo Andrés ‘Manga’ Escobar, por la banda derecha, le filtró un balón a Marín quien desde la esquina derecha del área chica no dudo en rematar con toda potencia clavando la pecosa en el ángulo izquierdo del arco que defendía el internacional colombiano Cristian Bonilla.
Lastimosamente para el Cúcuta, el partido lo terminó perdiendo 4-1.
Un inicio humilde
Juan Pablo nació el 19 de agosto del 2000 en la capital de Norte de Santander y se crió en el barrio La Libertad. Sus primeros pasos formativos los hizo en la escuela Vallesther. Cuando estaba allí, a mediados del 2006, su hermano mayor Álvaro José, decidió llevarlo al equipo de fútbol Libertud.
Juan tenía seis años y en este club de barrio estuvo hasta los ocho.
“Fue un equipo que me enseñó a ser humilde. Nos rebuscábamos entre todos para movilizarnos a las diferentes canchas donde teníamos partidos. Siempre primó la honestidad y el respeto”, afirmó Marín.
De Libertud saltó a Racing, un equipo que entrenaba en Prados del Este, urbanización a unos cuantos kilómetros de su residencia. Allí estuvo por tres años entrenando con el profesor César Sánchez.
“Aprendí a ganarme las cosas. Cuando hacía un gol los papás de otros compañeros me premiaban. Igualmente los entrenadores me colaboraban algunas veces para el transporte. Mi hermana María Zulay y Álvaro, cuando podían me llevaban. El transporte no fue un tema fácil”, recordó Marín sobre su segundo equipo.
Luego de tres años en el equipo que lleva el mismo nombre del club albiazul de Avellaneda, Argentina; el Club Deportivo Aniversario decidió becarlo desde el 2011.
“Por cercanía a mi casa, las cosas se facilitaron. Iba caminando a la cancha y compartía con mucha gente del barrio. Además siempre hubo motivación por parte de los padres quienes también nos premiaban”, contó Marín refiriéndose a su paso por el club que entrenaba en canchas de la ciudadela de La Libertad.
En Aniversario estuvo con los entrenadores Fernando y Manuel Palencia por un tiempo de siete años. En ese periodo cursaba su bachillerato en el colegio Pablo Correa.
Tras su pasó por Aniversario, equipo que le permitió a Marín, quien inició como delantero pero se fue retrasando a volante creativo, a estar en Selecciones Norte en los años 2013, 2014 y 2016.
Llegada al motilón
En enero del 2018, el Cúcuta Deportivo hizo una convocatoria para reclutar jugadores juveniles en la cancha sintética de Vallesther.
Lo demostrado por Marín le gustó al entrenador David Suarez (que para la época dirigía las divisiones menores) quien decidió ‘ficharlo’.
Suarez fue el director técnico encargado de llevar al Cúcuta Deportivo a la final de la Supercopa Juvenil Sub-20 de ese 2018. En ella, Marín disputó una cantidad importante de partidos como titular y anotó goles.
“David era un entrenador muy exigente pero a la vez muy amigo. Ayudaba a los jugadores en cosas externas del fútbol”, afirmó Marín sobre su primer técnico en el Cúcuta.
Esa nómina que fue subcampeona, contó ‘Juanpis’, ‘La Pulga’ o ‘El Enano’ como lo conocen, tuvo éxito gracias a que “todos nos apoyábamos en todo. Nunca hubo peleas, que es algo normal en los equipos juveniles. Nos unimos. Salíamos a cenar y a distintas actividades sociales”.
Para dedicarse de tiempo completo al fútbol, Marín salió del colegio e ingresó a validar por las noches los dos últimos años en la institución Francisco José de Caldas.
El debut profesional
Sus buenas presentaciones hicieron que el argentino Lucas Pusineri se fijara en él y lo convocara para un partido contra Bogotá F.C por Torneo de segunda división, precisamente en el campo en el que marcó por primera vez.
El 23 de agosto de 2018 entró al minuto 80 cuando el partido iba 1-1. 120 segundos después de su ingreso, Wilberto Cosme puso a ganar al motilón sentenciando una victoria 2-1.
“La sensación (del debut) fue muy grande. Se sienten nervios pero el aliento de los jugadores mayores quita el pánico y la timidez. Poco a poco uno va ganando confianza”, expresó.
Luego de su debut, Marín Cristancho no volvió a jugar en el año en el que el Cúcuta Deportivo fue el mejor equipo alcanzando el ascenso a primera.
Para el 2019 fue convocado por Sebastián ‘El Gallego’ Méndez a realizar pretemporada con el rojinegro en tierras venezolanas.
“Gallego me tenía confianza. Es bastante estricto pero el ‘profe’ fue un señor que siempre nos colaboró. Fue muy humano. Cuando estuve enfermó unos días comprendía la situación y me decía que si no estaba en condiciones que descansara y volviera cuando estuviera bien”, recordó el volante ofensivo.
Por liga, el argentino lo convocó a los duelos contra Once Caldas y Envigado pero no ingresó al campo de juego.
Por Copa tuvo la oportunidad de volver a jugar en el profesionalismo en dos partidos.
El primero de ellos fue contra el Atlético Bucaramanga, el 25 de abril, en el Alfonso López por la fecha cinco del grupo D. En ese partido que terminó en empate a dos, la pulga ingresó al minuto 56.
La segunda ocasión fue contra Valledupar, el 8 de mayo, en el General Santander en la última fecha de la fase de grupos ingresando al 52.
Luego de la salida del ‘Gallego’, llegó el también argentino Pablo Garabello con el que hizo pretemporada pero no jugó en ninguno de los cinco partidos que dirigió. Después el charrúa Guillermo Sanguinetti quien encontró un buen equipo.
“Él (Sanguinetti) estaba en un momento que necesitaba ganar si o si y eso lo entendí. Él tenía que buscar los resultados, no podía arriesgar”, contó.
Marín dijo que del 2019 le aprendió a Matías Pérez García y John ‘La Goma’ Hernández. Además contó que los defensores cucuteños Braynner García y Darwin Carrero lo motivaban constantemente.
Un año de oportunidades En diciembre de 2019, recibió el llamado a hacer pretemporada con el motilón en Bogotá. Esta vez, dirigido por Jairo ‘El Viejo’ Patiño.
Con el solo jugó los últimos 30 minutos de la derrota 2-0 ante Alianza Petrolera por la fecha 4.
“Con Patiño me fue súper bien. Ya me tenía más confianza. Cuando el profe armó sus equipos me miraba mucho y siento que fue un buen maestro. Me decía que diera todo en los entrenos para que en el partido no falta si no sobre. Me enseñó a salir jugando. A tener el balón. Jugué como volante central y me decía que le diera tranquilidad al juego”, dijo el cucuteño sobre el técnico valluno quien solo estuvo cinco fechas de la Liga Apertura 2020.
Tras la llega del uruguayo Jorge Artigas, Marín recibió una confianza absoluta. El primer juego que dirigió fue el día que el enano marcó contra La Equidad.
“Tengo grabado como entró el gol y en ese momento no pensaba marcar sino ponerlos. No tenía el 100% de fe para anotar”, contó el jugador de 19 años que en ese encuentro jugó los 90 minutos.
Luego de ese encuentro disputó el ‘Clásico del Oriente’ los 90 minutos, en medio de protestas de la hinchada contra el presidente del club, José Augusto Cadena por declaraciones polémicas respecto a Cúcuta como plaza futbolera.
“La situación a los de la tierra nos dolía más. No se llenó ni un cuarto. Me sentía triste. Yo desde pequeño iba al estadio pues soy hincha del equipo”, dijo Marín frente a la negativa de la hincha de ingresar al estadio.
Igual que en los dos encuentros anteriores, Juanpis fue titular en la victoria 3-0 frente a Jaguares, en Montería, por la fecha 7.
“La victoria creo que fue lo mejor que nos pudo pasar. Sentía que nadie nos creía. El mundo se nos venía abajo. Ahora siento que la hinchada cofia un poco más”, expresó el cucuteño.
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Cumplir procesos
Marín Cristancho, quien creció con su padre Santiago, su madre María Zoila y sus hermanos, anhela llegar al fútbol argentino o brasilero. “Me gustaría jugar en River Plate, en Flamengo o en Gremio”.
Este cucuteño, admirador de Juan Fernando Quintero, se define como un volante que le gusta filtrar balones, llegar al área y si se da la oportunidad rematar al arco.
Sobre su historia futbolística, confesó que esperaba en el 2018 jugar pocos partidos para ir aprendiendo, en el 2019 entrenar con toda para ganarse la titular y en el 2020 pelear por un cupo profesional pero “gracias a Dios se me dieron las cosas desde mi llegada al club”.
Actualmente, el volante viene entrenándose en su casa pues debido a la pandemia, el Cúcuta Deportivo suspendió entrenamientos desde el pasado 18 de marzo de manera indefinida.