Las grandes contrataciones hechas por el mayor accionista del Cúcuta Deportivo, José Augusto Cadena Mora, se han ido diluyendo en la medida que el equipo se hunde en abismo del descenso.
Y como si la crisis deportiva no fuera suficiente, el once rojinegro recibe autogoles por los escándalos de algunos jugadores.
Se recuerda el caso en el que se vio involucrado el paraguayo Marcos Lazaga, quien agredió a una mujer del área de logística en el estadio General Santander.
Ahora el de los líos es el defensa Pablo Andrés Escobar.
El pasado domingo, después del retorno de Medellín donde la tribu motilona fue goleada (4-1), al parecer en estado de alicoramiento, el futbolista acompañado de otro hombre y una mujer, golpeó al vigilante Omar Rangel del conjunto residencial Manhattan.
El hecho ocurrió pasadas las 10:00 de la noche, luego de que el celador le pidiera a Escobar que le bajara el volumen a la música, porque los vecinos se quejaron de que el ruido no los dejaba dormir.
Según Orlando Suescún, administrador del edificio donde reside el jugador, no es la primera vez que recibe quejas del mal comportamiento, como vecino, de Pablo Escobar.
“El señor Pablo Escobar, quien reside en el edificio Manhattan (ubicado en la avenida 2 No 1-41 del barrio Lleras), ha venido presentando múltiples perturbaciones de convivencia con los residentes”, declaró Suescún.
El administrador relató que el domingo, después de los reiterados llamados de atención a los que el futbolista hizo caso omiso, dio la autorización de desconectar la luz del apartamento 404, en el que habita el futbolista del Cúcuta Deportivo, situación que enfureció a Escobar, quien discutió con el guardia, insultándolo y golpeándolo, ocasionándole laceraciones en la boca.
Ante los hechos, “se llamó a la policía que se apersonó de caso, tomó las anotaciones respectivas y le manifesté a Omar (Rangel) que pusiera la denuncia, pero él no quiso, para evitarse más problemas”, señaló el administrador.
Al respecto, el jugador, que no ha querido hablar con la prensa, habría pedido disculpas al vigilante.
No es la primera vez que Pablo Escobar se ve involucrado en actos de indisciplina.
En la era del técnico Héctor Estrada, el jugador fue separado del grupo y el que terminó yéndose del equipo fue el entrenador.
Por su parte, el Cúcuta Deportivo señaló en un comunicado que “la comisión disciplinaria está investigando el caso, pero por ahora seguirá entrenando con el grupo”.
Centurión y Pacheco no van más
Por otro lado, ante los malos resultados y al ver que el equipo no levanta el nivel futbolístico, los directivos llegaron a un preacuerdo con varios jugadores para terminarles el contrato.
Así, Germán Centurión (lesionado), Fram Pacheco y Jarlin Quintero no seguirán con el Cúcuta en lo que resta de la temporada. También se estudia el caso del arquero Luis Delgado, quien se encuentra lesionado.
Respecto al extécnico Flabio Torres y su séquito de trabajadores de igual forma tienen un acuerdo con el mayor accionista, el cual esperan sea finiquitado antes de terminar la semana.