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Cúcuta Deportivo
Pusineri: Este año quedará en mi retina para siempre
Se ganó no solo el ascenso y el título de la B, sino que también se quedó con el corazón de una afición.
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Jeider Rúa Giraldo
Domingo, 23 de Diciembre de 2018

El 2018 fue un gran año para el Cúcuta Deportivo. También lo fue para Lucas Andrés Pusineri, el director técnico debutante que se ganó no solo el ascenso y el título de la B, sino que también se quedó con el corazón de una afición rojinegra que venía hambrienta de gloria.

Todo lo que se prometió se cumplió a cabalidad, y después de una temporada llena más de altos que de bajos, Pusineri Bignone dio por terminado su ciclo en el equipo rojinegro. Fue un golpe duro para una afición que quería ver al timonel al comando del equipo el próximo año, sin embargo las ganas de superación y de nuevos retos llevaron al argentino a firmar por el Deportivo Cali hasta el 2020. 

Luego de salir campeón y antes de marcharse a Cali, el entrenador del ascenso quiso hacer un balance de lo que fue su año en el equipo fronterizo. La Opinión, que dialogó con él, trasmite su historia en el elenco rojinegro y su posición frente a lo que le dejó este debut glorioso en una carrera que apenas comienza.

Llegada de improviso

“Es emocionante todo lo que fue este año. Cómo arrancó, por allá en el 7 de enero, cuando dormía en Buenos Aires”, recordó Pusineri, refiriéndose al primer contacto con el Cúcuta Deportivo. Luego de días de negociaciones y de llegar a un acuerdo con José Augusto Cadena, el técnico llegó a Cúcuta junto a Leonardo Díaz y Rubén Tanucci, que conformaron su cuerpo técnico.

“Nos encontramos en un aeropuerto sin saber nada de Cúcuta ni de la segunda división colombiana, no habíamos hablado sobre el equipo. Llegamos a las 7 de la noche a la ciudad, nos estaba esperando el presidente Cadena. Charlamos un poco y así empezó todo”, remembró Pusineri. 

Ese fue el prólogo de la que sería una historia dorada que duró algo más de 10 meses, historia que dejó como protagonistas y vencedores a un plantel de 23 jugadores y al ‘profe’ Lucas.

“Pasaron tantas cosas este año que, evidentemente, uno se queda con la última imagen, que es la coronación, la euforia. También se queda uno con la tranquilidad de que todo terminó bien. Camellamos todo el año sin saber cómo iba a acabar este capítulo del libro”, reflexionó el argentino. 

Armando el equipo

Por la inmediatez en su llegada, técnico el argentino no tuvo el tiempo necesario ni para evaluar el Torneo Águila ni para analizar qué refuerzos necesitaba para su equipo.

Tras su llegada, Pusineri y su cuerpo técnico estudiaron por 15 días a jugadores que pudieran arribar al club. Ya con unas características establecidas, fue José Augusto Cadena el encargado de seleccionar a los refuerzos.

Uno de esos jugadores que llegaron para darle forma al equipo fue Harrison Mancilla, un volante de marca que se hizo fundamental en el camino a la doble celebración. “Quería un jugador que fuera de marca y solo de marca. Después de ver muchos videos, fue el Presidente el encargado de todo”, dijo Pusineri.

Ya con una base de equipo formada, el entrenador llegó a la pretemporada para conocer a unos jugadores que luego harían parte de la mejor escuela de su carrera: el Cúcuta Deportivo 2018.  

“Ese encuentro fue importante, la primera charla; fue la primera en mi carrera y debía haber palabras fundamentadas y con calidez”, recordó el entrenador, afirmando que durante todo el proceso trató de “alinearlos en mi dirección diciéndoles la verdad de frente; tratar de incomodarlos constantemente. A la larga el jugador te agradece eso”, agregó. 

Sistema polémico pero eficaz

Pusineri, que tenía poco que perder pero mucho que ganar, llegó al Cúcuta Deportivo con un mensaje claro: “disfrutar del juego y trabajar con alegría”. El entrenador era primerizo y sus pupilos lo sabían, sin embargo se ganó el respeto haciendo valer su lugar en lo alto del grupo.  

Una muestra de ello fue su sistema de rotaciones en el equipo, una estrategia que ha sido criticada en diferentes entrenadores, pero que en este 2018 le funcionó perfectamente al argentino. El objetivo de ese tipo de tácticas es que todos los jugadores se sientan importantes, que todos tengan minutos de juego, y que todos puedan actuar en cualquier momento y de la mejor forma. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones esto origina una guerra de egos entre jugadores que quieren ganarse un puesto en la nómina titular, más cuando se cuenta con ‘estrellas’ en el grupo. Este no fue el caso. 

“Para mí, aparte de todo, es importante lograr una competencia interna. Que nadie se sienta cómodo en el puesto que ocupa, que no haya titulares ni suplentes en mi equipo”, confesó Pusineri.

Todos entrenaron igual, y a lo largo del año todos pudieron disputar partidos. Referentes como Diego Chica, Jhonathan Agudelo y Braynner García se adaptaron y nunca tuvieron problemas por disputar (sanamente) un puesto. Su ejemplo fue fundamental para que durante todo el año los más jóvenes se adaptaran al sistema. 

“En el fútbol no te podés casar con nadie. Los futbolistas se aferraron a la idea que trajimos y dejaron egos de lado simplemente para manejar el bus entre los 25”, reveló el entrenador, agregando que para rotar a sus jugadores analizó muy bien el calendario de juegos y las horas de descanso de todos los rivales.

Una Familia

Las rotaciones de Pusineri sumadas a la sed de victoria con la que lucharon todos los jugadores,  permitieron que el 2018 pasara a la historia como uno de los más positivos para el conjunto motilón. 

Lograron una racha de 22 partidos sin perder (se jugaron 38), consiguieron sacar la portería menos vencida y se llevaron tanto la copa de la B como el ascenso. Fueron los frutos de un trabajo sólido en un equipo que se convirtió en familia. 

“Todos fueron transparentes este año, la pasaron muy bien. Lo mejor que pudo existir es que esto se convirtió en una familia”, reseñó el timonel. También destacó el papel de las “esposas de los jugadores. Todas sumaron en beneficio de la armonía grupal. Fueron una pieza fundamental porque apuntalaron a los chicos”, explicó. 

‘En Cúcuta marcamos historia’

Pusineri, que considera lo conseguido este año como un regalo que le hizo Dios y su abuela desde el cielo (Q.E.P.D), aseguró antes de viajar a su nuevo equipo que nunca olvidará al Cúcuta Deportivo que lo vio nacer como técnico profesional. 

“Este año 2018 quedará en la retina mía como el año en que salí campeón. Yo no sé qué va a pasar conmigo después pero sé que acá marcamos historia. Cuando yo me presenté acá, cuando logré el primer triunfo, cuando me consagré campeón, esas cosas no las olvidaré nunca más”, concluyó.

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