Jean Carlo*, de 16 años, confiesa que fumó su primer cigarrillo a los trece años. Fue una mañana de diciembre cuando acompañó a un primo suyo a Cenabastos a trabajar en la venta de verduras. “Allá uno está siempre en medio de fumadores y es común que hasta los jóvenes fumemos”, dijo.
Al igual que Jean Carlo, miles de estudiantes en Norte Santander suelen llenar sus pulmones frecuentemente con humo, por mero placer o hábito, o simplemente son fumadores pasivos porque conviven con papás o hermanos adictos al cigarrillo.
Las cifras son contundentes: uno de cada diez jóvenes en edad escolar de Norte de Santander es un fumador activo. Pero también, 58 de cada 100 tiene algún tipo de exposición constante al consumo de cigarrillo, en cualquier tipo de ambiente.
Así lo señala la encuesta nacional de tabaquismo en jóvenes que adelantó este año el Ministerio de Salud, y en la que figuran los escolares nortesantandereanos, al lado de los de Bogotá y Santander, como los más afectados en Colombia por la exposición al humo del tabaco, bien porque lo consumen o porque viven en hogares con padres o hermanos fumadores.
Según el estudio del Minsalud, el 9% de los estudiantes escolares del país de instituciones públicas y privadas, son fumadores ocasionales. Mientras en zonas urbanas el índice es de 9,4%, y en el campo del 7,1%.
José Antonio*, padre de Jean Carlo, lo admite con desparpajo: Sé que mi hijo fuma, pero yo también lo hice cuando era muy joven, así que no soy el ejemplo para hacerle ver que eso le hace daño.
Jean Carlo dice que al menos se fuma entre cuatro y seis cigarrillos al día. Lo hace cuando sale del colegio o en las noches cuando se reúne con sus amigos del barrio en el parque.
Según los resultados de la encuesta, mientras el 58,2% de escolares de Norte de Santander está expuestos al consumo de cigarrillo, Bogotá registra un índice del 68%.
En tercer lugar aparece la Región Central (58%), seguida de Pacífico (49,1%), Orinoquía y Amazonía (45,9%) y Atlántico (42,5%).
En diversos ambientes
Después de la capital del país, Norte de Santander y Santander es en donde los escolares están más expuestos al humo de tabaco en sus propios hogares.
Por cada 100 estudiantes de estos departamentos, se calcula que 15 presencian el consumo de cigarrillo y reciben indirectamente el humo generado dentro de sus mismos lugares de residencia.
En comparación, mientras la Región Oriente, donde está Norte de Santander, registra un índice del 15,1% en dicho indicador, Bogotá registra un 17,8%.
El colegio y sus alrededores, es otro de los espacios en donde los alumnos frecuentemente se exponen al consumo de tabaco.
En Norte de Santander el 27,4% de los escolares dice estar expuesto constantemente al humo de cigarrillo. En este ítem Norte de Santander supera el promedio nacional (25,6%).
Igualmente, en lo que respecta a la exposición en lugares públicos abiertos y cerrados, Norte de Santander se ubica en el segundo lugar con el mayor índice de escolares expuestos, y es superado solo por Bogotá.
A finales de la pubertad
“Yo no le digo nada a mi hijo. Cuando yo era niño trabajaba con mi papá en Cenabastos, vendiendo fruta. Yo veía que él también fumaba. Como madrugábamos tanto me daba mucho frío. Un día probé un cigarrillo, dizque para el frío, y así fue que empecé a fumar, qué le voy a decir a Jean Carlo”, expresó José Antonio.
El 40,7% de los alumnos que dijeron ser fumadores lo hicieron por primera vez a la edad de 12 o 13 años. El 25,1% lo hizo a los 14 o 15 años de edad. Es decir, la mayoría de los jóvenes o adolescentes que empiezan a fumar lo hacen hacia el final de la pubertad.
En dónde fuman
El 7,8% de los escolares que fuma habitualmente suele hacerlo en el colegio o en sus inmediaciones, según la encuesta de tabaquismo en escolares 2018. El 20,8% lo hace en su propio hogar, un 15,9% en casa de compañeros o amigos, un 29% en sitios públicos, 7,6% en actos sociales, 1,6% en el trabajo y el 17,3% restante en otro lugar.
La edad, el entorno del joven o adolescente, y su exposición a diversas personas y lugares, son “factores a considerar y determinantes” para prevenir el consumo de tabaco en escolares, según concluye el Ministerio de Salud en dicho estudio.
Para la sicóloga de familia, Clara Inés Pinto, una conclusión contundente que deja la encuesta es que la población escolar sigue estando expuesta al tabaco, directamente y a través del humo de segunda mano.
A las autoridades –dice- les asiste una gran responsabilidad porque no fomentan la prevención. Pinto sugiere que cualquier campaña que se emprenda en dirección a crear conciencia en los escolares y en sus familias sobre los impactos que produce en la salud fumar debe ser permanente, de lo contrario los esfuerzos resultarán en vano.
(*) Nombres cambiados para salvaguardar la identidad de los entrevistados.