Aunque la reapertura de la frontera genera mayores expectativas en el sector económico de Norte de Santander y Cúcuta, la realidad para miles de venezolanos se mantiene entre la forma de cubrir sus necesidades básicas, asumiendo roles de migrantes en tránsito, pendulares y en destino, por rutas que hoy esperan ser respaldadas a través de políticas estatales binacionales.

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Salir de Venezuela no es un paso fácil, pese a que desde el primero de enero de este año que avanza, los gobiernos de Nicolás Maduro Moros y Gustavo Petro Urrego, decidieron abrir la frontera, inicialmente por el puente internacional Atanasio Girardot conocido coloquialmente como Tienditas luego de casi siete años, que incluyeron la ruptura de relaciones diplomáticas, de amores y desamores de ambos lados.

Encuentros presidenciales han marcado la ruta del nuevo panorama binacional, que a la fecha ha fortalecido la integración a partir de la protección del comercio para Colombia y Venezuela, acción establecida luego de la reunión extraordinaria de la Comisión Administradora del Acuerdo de Alcance Parcial de Naturaleza Comercial No. 28 vigente desde 2012. 

Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, los mandatarios presidenciales manifestaron que se busca “propender por un comercio más equilibrado, complementario, un desarrollo y crecimiento que beneficie a ambos pueblos y sus economías”. 

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La medida permitirá la revisión de aranceles que “equilibrará las condiciones del intercambio comercial para estimular encadenamientos productivos y alcanzar la complementariedad económica”, indicó la ministra del Poder Popular de Economía, Finanzas y Comercio Exterior de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez y el ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, Germán Umaña Mendoza. 

El recorrido en bus para un mejor porvenir 

Lo que para los gobernantes es una nueva ruta para la integración comercial, para los migrantes, la reapertura de la frontera se convierte en un recorrido diario a más de 36 grados de temperatura, que mezcla sus sentimientos con las realidades de colombianos que comparten en un transporte las ilusiones de alcanzar una mejor calidad de vida. 

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Cifras de Migración Colombia publicadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, indican que “Colombia es el país que ha recibido un mayor flujo de refugiados y migrantes venezolanos en el mundo, con una cifra aproximada de 2.48 millones”, situación que se refleja en las deficientes condiciones para satisfacer sus necesidades básicas como la alimentación, donde “el 47% de las personas con vocación de permanencia solo tiene acceso a dos comidas al día”.

Una suerte que con valentía asumen

La profesora de la Universidad Simón Bolívar, Neida Albornoz Arias, líder del grupo de investigación Altos Estudios de Frontera (ALEF) y del Centro de Investigación en Estudios Fronterizos (CIEF), considera que “la apertura nos llena de esperanza para que queden atrás las deplorables escenas del cruce de personas y mercancía por pasos ilegales mejor conocidos como ‘trochas’ y de los lamentables hechos de violencia que de allí germinaron. Con el inicio del intercambio comercial, el relanzamiento del paso vehicular y la esperanza de promover la recuperación económica tras la pandemia, llegan también consigo nuevos retos que deberán afrontar ambos países, siendo la sociedad civil de la frontera, el eslabón que deberá consolidar cualquier otra iniciativa que promueva el mejoramiento de sus alicaídas condiciones socioeconómicas”.

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Expresó Albornoz Arias, que los hechos ocurridos en el 2015 que condujeron al cierre unilateral de la frontera colombo-venezolana, dejaron en evidencia la ausencia de mecanismos de diálogo y concertación que dejaron por fuera de la discusión las necesidades de ciudadanos de ambos territorios.

“Durante el período de cierre de los pasos legales, miles de seres humanos con afinidades familiares, personales u otro tipo de interés en ambos lados de la frontera, tuvieron que afrontar adversidades que pocos voceros y medios hicieron eco, menos aún, quienes no sufrieron humillaciones y vejaciones para compartir con sus seres queridos o simplemente adquirir un producto alimenticio que escaseaba en su localidad, en especial los pobladores que habitan en el territorio venezolano ligado a la dinámica de la frontera”, puntualizó. 

Para el exsecretario de Fronteras de la Gobernación de Norte de Santander, Víctor Bautista, los primeros resultados de la reactivación de la frontera, se observan en las operaciones de comercio exterior que llegan a los 700 millones de dólares, la habilitación de los códigos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y el retorno de ciudadanos venezolanos a su país. La variación porcentual de las exportaciones de Norte de Santander hacia Venezuela se redujo especialmente luego del cierre unilateral de la frontera y tras la pandemia; a la fecha, según los datos del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo recopilados en el Perfil Económico de Norte de Santander, Venezuela se ubica como último destino de sus exportaciones regionales a diciembre de 2022 con un 3.6%.

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Retos y perspectivas binacionales

La reapertura de la frontera matiza las necesidades de los venezolanos. No todos los migrantes son “correcaminos”. Los pendulares, si tienen y vienen con metas puntuales; conseguir servicios de salud, abastecerse junto con la recreación que se puede entender como el acceso a restaurantes, almacenes de ropa y calzado o el ingreso a lugares de diversión. Sitios donde el pago en dólares los convierte en privilegiados, por la capacidad adquisitiva de esa moneda.

En materia migratoria, el panorama ofrece nuevas alternativas para el acompañamiento de miles de venezolanos que van y vienen buscando mejores oportunidades. Migración Colombia a través del Plan Integral “Aún estas a tiempo”, busca brindar orientación a la población venezolana que ha tenido dificultades con la expedición del Permiso por Protección Temporal (PPT).

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El director general de Migración Colombia, Fernando García Manosalva, explicó que “el objetivo de las medidas es resolver la entrega de los documentos PPT, que no se ha podido efectuar por deficiencias del proceso que vienen desde su inicio en 2021”.

“Queda por ahora, fortalecer los mecanismos de participación ciudadana y cooperación transfronteriza que logren impactar no solo en la frágil economía de la frontera, sino también en especial, en el entorno social de sus habitantes quienes por siglos tan solo han anhelado tener las condiciones idóneas para seguir labrando y consolidando sus proyectos de vida”, manifestó la docente Albornoz. 

Desde la academia, los retos binacionales se encaminan también desde lo social. “Uno de los aspectos clave al respecto será la incidencia de la reapertura fronteriza en la calidad de vida de los habitantes de la frontera. Encontrar modelos y estrategias que confluyan en reducir a corto y mediano plazo las ya conocidas cifras que estimulan un conflicto social arraigado en la historia de la frontera, se convierte en una meta para quienes aspiren a dirigir los designios de estos territorios fronterizos”, enfatizó la profesora investigadora de la Universidad Simón Bolívar. 

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