El furor ocasionado a nivel nacional por la actuación y mensaje de la obra teatral ‘Río Ánimas’, invitado a participar en Medellín, Bello, Manizales y Marinilla en agosto, ha sido muy relevante para la escena teatral de la región.
La obra fue creada por el dramaturgo mexicano Edeberto "Pilo" Galindo, sin embargo, ha sido adaptada y dirigida por Uriel Bravo, un mexicano que, encontró en el grupo Casa Teatro Cúcuta, una oportunidad para darle vida a "la historia de amor más grande del mundo", como él mismo define.
¿Desde la primera vez que dirigió la obra, se han modificado diálogos o escenografías?
En este largo periodo ha sufrido diversas modificaciones, actores que han dejado el proyecto y actores nuevos que se integraron este año. Mi nuevo encuentro con el proyecto precisó entonces en un cambio en varios aspectos principalmente en el actoral, es decir, se volvió a trabajar el proceso de actuación y por supuesto cambiaron muchas cosas, se incorporaron cantantes y actores al mismo, pero la escenografía por ejemplo no se modificó en absoluto, pues corresponde al concepto fundamental de la puesta en escena. El texto sí adquiere las características propias de los nuevos actores en algunos aspectos, pero no en lo fundamental.
¿Cree que el mensaje de la obra traspasa las fronteras por la situación sociopolítica que se vive en Latinoamérica?
Desde mi punto de vista el Teatro no tiene un mensaje, es un medio de expresión de aquello que define al hombre cómo es, no cómo debiera ser.
Por otro lado, la situación que vive Latinoamérica de pobreza, marginación, discriminación y gobiernos cada vez más autoritarios con la sutileza que las leyes de la economía dictan, y no sólo con la violencia institucionalizada, es común a todos nuestros países. Cúcuta es un dilema de frontera. Conviven ahí dos naciones que tienen, sin embargo un origen común; Venezuela y Colombia, comparten los espacios vitales que precisan diálogo, tolerancia y transformación.