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Boxeadora albana rompe tabús y sueña con los Olímpicos de Tokio
Elsidita Selaj, primera mujer en practicar este deporte en Albania cuando tenía 15 años, se enfrentó a todas las presiones, incluso las de su propia familia.
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AFP
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Lunes, 1 de Febrero de 2021

Antes de convertirse en la primera boxeadora de Albania, Elsidita Selaj tuvo que luchar contra las reticencias de su familia y con las discriminaciones. Ha logrado seguir adelante con su pasión y sueña ahora con clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio.

Tenía apenas 15 años cuando comenzó a boxear diariamente después de la escuela en un gimnasio de Shköder, su ciudad del norte del pequeño país balcánico, suplicando que le dieran una oportunidad en un deporte de marcada tradición masculina.

Gracias a su obstinación y su perseverancia consiguió abrir una puerta que parecía totalmente cerrada. Elsidita, que tiene ahora 20 años, se ha colgado medallas y continúa adelante con su carrera deportiva. 

A veces tiene hematomas en el rostro o en el cuerpo, pero sigue entrenando cinco o seis horas diarias, mientras compagina esos entrenamientos con sus estudios universitarios, relacionados también con el deporte.

Antes “el boxeo era para mí un amor imposible, inimaginable, pero gracias a mi determinación ha terminado siendo un amor posible”, afirma a la AFP.

En un día más en el invierno albanés, golpea un saco de boxeo en compañía del que durante mucho tiempo rechazó ser su entrenador, Jetmir Kuçi (43 años), nueve veces campeón de Albania.

Kuçi se negaba a tener como pupila a una mujer, en un país en el que el boxeo fue prohibido a todos en los años sesenta  por el difunto dictador Enver Hoxha, que consideraba este deporte “demasiado violento”.

“Era muy difícil de aceptar (entrenar a una mujer boxeadora), pensando en el juicio de la gente”, cuenta Jetmir Kuçi, que admite que pensaba que Elsidita terminaría renunciando pronto porque “este deporte requiere grandes sacrificios”.

“Muy orgullosos”

Pero se equivocó. Elsidita resistió todas las presiones, incluso las de su propia familia, muy reticente a esta aventura.

“Mis padres tenían miedo, pero mi gran amor al boxeo les convenció poco a poco. Ahora que lo he conseguido están muy orgullosos”, asegura la boxeadora.

El talento de Elsidita le permitió conseguir pronto recompensas importantes. 

En 2017 se colgó la medalla de bronce en un torneo juvenil de los Balcanes y en 2018 la plata en el campeonato de Europa en categoría júnior. Su último éxito por ahora es el tercer puesto en el Europeo Sub-22 de 2019.

En este momento tiene en su punto de mira los Juegos Olímpicos de Tokio, aunque para ello todavía tiene pendiente lograr su clasificación.

Estar en la cita nipona, si finalmente la pandemia de la COVID-19 permite el evento, no será fácil, pero ella confía en sus posibilidades: “El objetivo de todo deportista, no solo el mío, son los Juegos Olímpicos”.

Las instancias deportivas y las autoridades locales le ayudan con una asignación mensual de 490 euros (594 dólares), en un país en el que el salario medio es de 420 euros (509 dólares).

“El amor de mi vida” 

Estoy dispuesto a trabajar día y noche para que mi hija sea algún día campeona del mundo, para mí y para todos los albaneses”, afirmó su padre, Luan Selaj, trabajador de la construcción que tiene otros tres hijos.

Por el momento, la deportista ha roto tabús en su país. 

Albania cuenta con 1.100 practicantes del boxeo, de los cuales unos 300 participan en competiciones nacionales e internacionales, según su federación de este deporte.

Pero no hay otra competidora en categoría femenina y Elsidita “entrena con los hombres”, subraya Enea Kovaçi, responsable de la federación.

Ertan Kraja, de 16 años, se enfrenta a ella regularmente.

“Al principio tenía miedo de golpearla demasiado fuerte, pero teniendo en cuenta su fuerza, sus capacidades, me he acostumbrado a luchar contra ella como si fuera un hombre”, dice este adolescente.

La abuela de la púgil, Kimete Bashaj (64 años), se ha convertido en una gran aficionada al boxeo, hasta el punto de seguir los grandes combates mundiales, aunque no renuncia a ver a su nieta “con su amado, vestida de novia, todavía más linda que con todas sus medallas”.

Elsidita, sin embargo, lo tiene claro: “El boxeo seguirá siendo el amor de mi vida”.

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