La agenda de la Cámara de Comercio de Cúcuta comprende proyectos destinados a promover un nuevo desarrollo regional, sobre lo cual habla el presidente ejecutivo de la entidad, Carlos Luna Romero en esta entrevista concedida a La Opinión.

¿Cómo ve los nuevos desarrollos de la crisis fronteriza y sus efectos sobre Cúcuta?

Es innegable que la ciudad de Cúcuta es otra a partir del cierre de la frontera en 2015 y que cualquier determinación en las relaciones entre Colombia y Venezuela termina afectándonos. Conviene que la anunciada ayuda internacional de los países amigos, del Gobierno americano, de la Comunidad Económica Europea, de las Naciones Unidas y las otras diferentes instituciones esté orientada a reactivar un tejido empresarial que genere empleo para la población que está a la espera de una vinculación laboral, o a quienes no encuentran opción distinta a la informalidad,  a los migrantes que están llegando en busca de ocupación.

¿Cómo ha visto las propuestas de los candidatos a la Presidencia y los dirigentes regionales respecto a este problema?

Estimo que han estado reducidas a peticiones a la comunidad internacional y al Gobierno de Venezuela, pero no se ha propuesto en forma concreta un plan de generación de empleo, que tome en cuenta la crisis creada por la migración constante a esta zona fronteriza.

Por eso la solicitud a los candidatos Iván Duque y Gustavo Petro es la de que se comprometan en soluciones concretas a los problemas planteados y la pongan con indicadores económicos cercanos al promedio nacional.

Se debe tomar en cuenta nuestra realidad. Aquí no se trata fórmulas vagas de campaña para salir del paso sino de encontrarle solución a una encrucijada grave por los efectos de la migración y de otras condiciones negativas que no se pueden ocultar.

¿Y cómo va el proyecto de Maquila liderado por la Cámara de Comercio?

Cúcuta Ciudad Maquila es un proyecto que identificamos desde el año 2016. Tenemos dos sectores en crecimiento en medio de las dificultades y la informalidad con capacidad de generar empleo durante varios meses del año. Si logramos que ello pueda ser permanente en los 12 meses se podría garantizar empleo para 38.000 personas y sobre todo el desarrollo de una capacidad instalada con que cuentan tanto el sector del calzado de cuero como el de la marroquinería.

El otro sector activo es el de las manufacturas, especialmente en la producción de jeans, con reconocimiento nacional, por su competitividad en precios, por sus diseños y su calidad. En ese sentido vamos seguir trabajando con los diferentes gremios. Es la posibilidad que se ofrece de promover el empleo en corto plazo y buscarle salida a la informalidad. 

Además de los rendimientos laborales que pueda generar el proyecto de Ciudad Maquila, ¿cómo ve otras soluciones para el desempleo y la informalidad?

El desplazamiento laboral debe ser un asunto coyuntural, pues se espera que en todas las regiones del país encuentren ocupación los venezolanos inmigrantes y los colombianos que regresan del vecino país y no se recargue ese problema solamente en las regiones fronterizas. Se requiere de un plan estratégico para direccionar acuerdos con otros países y organismos multilaterales que puedan absorber esa mano de obra.

¿Cómo ve las posibilidades de que el sector privado asuma la ejecución del proyecto del Centro de Convenciones de Cúcuta?

Ya fue el lanzamiento de esa iniciativa, replicando lo que hizo con éxito la Cámara de Comercio de Pereira. Se entendió que más allá de un tema de infraestructura y de una obra necesaria para la competitividad, se trataba de reafirmar un sentido de pertenencia y de probar la capacidad de la región.

En el caso nuestro es volver a demostrar que es posible ejecutar proyectos importantes como fueron el ferrocarril y las casas comerciales a comienzos del siglo XX. Hay que unir esfuerzos y generar una sinergia desde el sector privado, con empresarios, profesionales, estudiantes y todos los demás actores de la vida regional. Se necesita la participación oficial en armonía con el sector privado. La propuesta es construir sin más pérdida de tiempo el centro de eventos y convenciones de Cúcuta.

¿Cree que han tenido buena asimilación los programas de la Cámara de Comercio  para la capacitación de los empresarios  a fin de crearles una mentalidad acorde con los nuevos compromisos?

El Centro de Formación ha tenido resultados exitosos, con un buen aprovechamiento de empresarios y en general de quienes han tenido acceso a esos programas. Ahora se está en una etapa de transformación y propiciamos el conocimiento de las nuevas tecnologías digitales para un mejor manejo de los temas económicos, en el ámbito en que nos movemos.

¿Los indicadores del programa 'Cúcuta cómo vamos' han servido para corregir lo negativo que allí se muestra?

Ese programa que es una alianza de La Opinión, la Universidad Libre, la Fundación Corona y la Cámara de Comercio, va más allá de la muestra de los resultados. Lo que sigue es asumir los planes de mejoramiento, lo cual tiene que hacerse de la mano del sector público y del privado. Hay que diseñar unas políticas que correspondan a las repuestas que deben tener como solución los indicadores negativos que están en la muestra de las investigaciones adelantadas.

¿Cómo está la participación de la Cámara de Comercio en los movimientos culturales de la región y en especial, de Cúcuta?

Vamos a retomar actividades que fueron propias de la Cámara de Comercio en años anteriores. Está previsto el salón de arte con una amplia participación de quienes se dedican a la creación visual.

También las artesanías y en agosto será la primera feria de artesanos, en la cual tomarán parte las Cámaras de Comercio de Cúcuta, Pamplona y Ocaña para que estén representadas todas las provincias del departamento y se pueda ofrecer una muestra lo más completa.

¿Mantiene aún la Cámara de Comercio relaciones con los sectores gremiales del Táchira, que también es zona fronteriza?

Tenemos relaciones no solamente con la Cámara de Comercio de San Antonio sino con la de San Cristóbal y la Confederación de Cámaras de Comercio de Venezuela. Es importante que esas organizaciones ayuden a mover los canales de información en uno y otro país. Es un apoyo útil a los empresarios en medio de las dificultades que puedan presentarse entre los gobiernos. Esa aproximación contribuye también a la distensión y tiende puentes de conveniente cooperación.

¿Ve a Cúcuta involucrada en el desarrollo del turismo, como lo están planteado algunos sectores y por la construcción de nuevos hoteles en la ciudad?

Eso es fundamental y una muestra que empresas internacionales como son las que financian los hoteles Ibis y Hilton y el centro comercial Jardín Plazas tienen buen conocimiento de las posibilidades de la región.

Saben que en mediano plazo la ciudad recibirá una numerosa corriente de visitantes, para lo cual hay estar preparados. De debe entender que se pueden hacer cosas importantes y hay que proceder con una visión cultural positiva.

¿Cómo ve los nuevos liderazgos de los gremios para el manejo que requiere la región?

Creo que el sector gremial de Norte Santander ha madurado considerablemente. Hay una nueva dinámica de los empresarios. En el marco de la Comisión Regional de Competitividad, que es la articulación de lo público y lo privado, se ha logrado unificar criterios, entender la importancia de trabajar sobre un plan.

Para usted en, lo regional, ¿qué es lo  prioritario?

Lo primero es definir entre las potencialidades que tiene la región las posibilidades concretas de crecimiento. Hay que aprovechar todo cuanto contribuya a la generación de empleo. Los recursos energéticos pueden ser una fuente de desarrollo industrial, pero esto no es por decreto, ni por soplo divino, sino mediante esfuerzo de todos y el correcto aprovechamiento de lo que se tiene.

¿El proyecto de la refinería de Cúcuta?

Es posible, pero es cuestión de voluntad política para sacar adelante un proyecto que pude fortalecer la economía de la región.