A partir del primero de agosto, ciudades como Cúcuta –con menos de 1,2 millones de habitantes– deben implementar prácticas que permitan el ahorro de agua y energía en edificaciones nuevas, ofrezcan mayor eficiencia operativa y minimicen el impacto de gases contaminantes.
“En el diseño de las edificaciones debe intervenir un equipo multidisciplinario que logre un proyecto que tenga eficiencia energética y mejore calidad de vida del habitante. Esto permitirá un ahorro de energía y agua entre 20 y 40%”, afirma Andrés Martínez, director técnico del Código de Construcción Sostenible.
Martínez destacó que la normativa ya se está aplicando desde julio de 2016 en Cali, Bogotá, Medellín y Barranquilla, que tienen más de 1,2 millones de habitantes.
La gerenta de Camacol de Cúcuta y Nororiente, Margarita Contreras Díaz, consideramos que esta norma se debe socializar en la mesas de trabajo del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), con miras a integrar esta normativa con las necesidades específicas de la región.
“A pesar de que Cúcuta tiene un clima cálido, con altas temperaturas, la elaboración de proyectos con eficiencia energética y ahorro de el agua si es posible; para apalancar estas iniciativas es importante la intervención de la academia, los gremios, el sector público y los constructores”, dijo Contreras.
Los retos de los constructores de Norte de Santander para cumplir la norma son: construir con nuevos materiales, reforzar el valor agregado en productos de arcilla y conformar lugares verdes, no solo en estratos altos.