El esfuerzo de los pocos fabricantes de calzados y uniformes de estado Táchira, Venezuela, se opaca ante la desleal competencia que enfrentan con el ingreso de contrabando de estos productos desde Colombia por la frontera de Norte de Santander.
De acuerdo con los empresarios, el calzado y las prendas de vestir ilegales se venden a mitad de precio en los diversos municipios de la región.
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Martha Arciniegas de Sánchez, representante del Conglomerado de Calzados del Táchira, el cual reúne a más de 200 fabricantes, informó que hace un tiempo sus ventas eran muy fluidas y generaban empleo, pero la situación se les ha complicado por el contrabando, que se suma a la abundante importación desde China.
“Le pedimos al Gobierno Nacional que eleven los aranceles para los que importan zapatos y que exijan un 70% nacional y un 30% de productos importados”, dijo Arciniegas.
La líder gremial precisó que, en San Cristóbal, ofrecen 300 pares de zapatos chinos por 300 dólares, es decir a 3 dólares el par, cuando producir un zapato cuesta, mínimo, 2 dólares, por lo que el margen de ganancia es muy pequeño.
Explicó que los productores de calzado se ven obligados a comprar la materia prima en Colombia, cuyos precios se les incrementan con el traslado de la materia prima hasta sus puntos de fábrica. Además, deben tener una serie de permisos para comercializar su producto terminado.
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El fabricante Cesar García relató que en Venezuela no hay materias primas, por ello, recurren al mercado colombiano para adquirir el pegante, el cuero, las suelas, entre otros materiales. “Es importante que el Estado se aboque al problema que tenemos”, recalcó.
García destacó que las empresas venezolanas que proveen las materias primas cerraron y hay una que “fabrica la pega de calzado con el derivado químico del petróleo, pero resulta ser la más cara de América Latina”.
Hace 13 años el Conglomerado de Calzados del Táchira tenía cerca de 500 empresas y cada una producía 1.500 pares semanales, ahora quedan menos de 200.
Panorama igual en uniformes
El panorama de las fábricas de uniformes no es distinta a la del calzado, según Wendy Sayago, porque también se enfrentan al ingreso de trajes escolares desde China y de Colombia, a bajo costo y calidad dudosa.
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“Entra mucha mercancía china que no nos permite mostrar nuestro producto”, enfatizó la empresaria, quien señaló que tienen el compromiso de vender el uniforme escolar que dure todo el año, mientras que las prendas que están ingresando no tienen control de calidad, se distinguen por las malas costuras y se dañan en las lavadoras.
Ademas, cada año se les reducen las ventas por causa de la crisis económica que se vive en Venezuela. Hace 10 años, en cada temporada escolar, en la fábrica de Wendy Sayago producían 1.000 pantalones deportivos, pero este año, llegarán a producir unas 150 prendas.
Una prenda tipo jumper, con camisa, de la producción local tiene un precio aproximado de 50.000 pesos colombianos, mientras que el de producción china se vende en 25.000.
Ante estas dificultades, los productores locales de zapatos y uniformes se han unido para ofrecer sus productos en ferias escolares, sobre todo en este momento en el que comenzará nuevo año escolar.
Por ello, el Conglomerado de Calzados Táchira y el Conglomerado de Textiles este año se reunieron en la sede de Ipostel del Edificio Nacional, en San Cristóbal, para ofrecer y mostrar sus rubros a precios de fábrica.
Redacción: Anggy Polanco
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