La devaluación del bolívar en esta zona del país no se detiene. Desde el cierre unilateral de la frontera, el 19 de agosto de 2015, la cotización de la moneda venezolana frente al peso colombiano pasó de $5,0 a $0,5 por bolívar, una depreciación del 89%.
La incertidumbre sobre la situación económica y política, la escasez de divisas y el poco atractivo que tiene el país vecino para incentivar las inversiones extranjeras, están causando una mayor devaluación del bolívar, informó el profesor e investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, Ronald Rodríguez.
“Los venezolanos no confían en la moneda venezolana, debido a la inflación el ingreso solo alcanza para cubrir las necesidades básicas, y los pocos que tienen capacidad de ahorro prefieren ir a Cúcuta, comprar dólares o cambiarlos a pesos como una forma de inversión”, señaló Rodríguez.
La devaluación del bolívar también ha mermado la capacidad de compra de los venezolanos que se abastecen de alimentos y productos básicos en Colombia. Desde julio de 2016, cuando una avalancha de mujeres burló el cerco de los militares para entrar a Cúcuta y comprar alimentos, hasta hoy la moneda ha caído un 78%.
En aquel momento, los venezolanos compraban $50.000 en productos básicos, con una tasa de cambio de $2,6 por bolívar, lo que equivalía a 19.230 bolívares. Hoy, con una cotización de $0,55, los venezolanos debe invertir 90.909 bolívares si pretende obtener la misma cantidad de pesos que hace diez meses.
Rodríguez indicó que tras el intento de disolución de la Asamblea Nacional se prendieron las alarmas en el mercado internacional; en ese sentido, Venezuela no es un país atractivo para inyectar recursos, situación que ha mermado la entrada de divisas oficiales, causando mayor inflación escasez y disminuyendo la capacidad de compra.
En el mercado local también padece las consecuencias de la devaluación del bolívar, en las casas de cambio del centro de Cúcuta ya no se observan filas de venezolanos cambiando su moneda.
Juan Fernando González, presidente de la Asociación de Profesionales del Cambio de Norte de Santander (Asocambios), indicó que “hay menor demanda y ahora es más difícil colocar bolívares en el mercado”.
González destacó que las casas de cambio del centro están operando a su mínima capacidad, para seguir manteniendo la actividad cambiaria.
Las expectativas sobre la caída del bolívar no son muy alentadoras, pues de continuar la crisis en Venezuela la moneda también se devaluará.