La modalidad de trabajo que podría de cierta forma mejorar los índices de desempleo e informalidad laboral en Cúcuta y su área metropolitana aún no despega.
Una de las principales razones es la poca aceptación que tienen los empleadores para implementar este mecanismo de trabajo a distancia, sin ir a la oficina.
Nelly Rozo, directora de la agencia de empleo del Sena, señaló que ha sido difícil implementar el teletrabajo por la cultura y la vocación conmercial de la ciudad.
“No se ha logrado poner vacantes bajo esta modalidad, los empresarios no tienen mayor interés de contratar con este esquema, en especial, porque se pierde control sobre el trabajador”, dice Rozo.
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Gina Albarracín, viceministra general (E) del Ministerio de las TIC, informó que en Cúcuta hay 1.129 teletrabajadores que trabajan de forma independiente o laboran para empresas radicadas en otras ciudades.
El año pasado, en febrero, se firmó un pacto para impulsar el teletrabajo en Norte de Santander, pero las instituciones del sector privadas y públicas apenas están en la etapa inicial.
Hacen parte de este pacto, la Gobernación de Norte de Santander, la Alcaldía de Cúcuta, la Cámara de Comercio de Cúcuta, Comfanorte, la Contraloría, el Sena y Corponor.
Caso en Cúcuta
(Ramiro Rivera es profesor de Matemática y da clases virtuales en Cúcuta y otros departamentos.)
Ramiro Rivera es profesor de Matemática, es de Pamplona, y trabaja en Asking Room, un portal web que ofrece clases en vivo para niños y adolescentes, de forma personalizada.
Informó que tiene dos años trabajando con esta empresa, lo que le ha permitido un cambio en su estilo de vida, no debe cumplir con un horario estricto de trabajo, las horas de matemáticas, física y química las dicta de acuerdo con la disponibilidad de tiempo del alumno.
“La enseñanza es mi vocación, lo hago porque me gusta, me siento más cómodo dando clases vía Skype o bajo la plataforma virtual que tiene la página de Asking Room, que me permite interactuar de forma dinámica con los alumnos, poner evaluaciones y exigirle al alumno”, precisó.
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Explicó que solo percibe el ingreso de su labor por horas de clases dictadas; los beneficios sociales que establece la ley como salud, pensión, cesantías, entre otros, los cubre de manera independiente.
Daniel Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, agregó que el Gobierno debe establecer un marco regulatorio para que los derechos laborales de los teletrabajadores no sean vulnerados, y que establezca sanciones a quienes no garanticen estos derechos.
“Casos como el de Ramiro deberían masificarse, pero basados en marcos regulatorios que le brinden al empleado los beneficios formales”, indicó el profesor.
Cifras de Colombia
El ‘Estudio de Penetración y Percepción de Teletrabajo Colombia 2016’, elaborado por el Centro Nacional de Consultoría, Colombia Digital y los ministerios de las Tecnologías, Información y Comunicación y del Trabajo, reveló que el teletrabajo se triplicó en los últimos cuatro años en Colombia, al pasar de 31.553 en 2012 a 95.439 teletrabajadores en 2016.
Bogotá es primera con 55.848 teletrabajadores; Medellín, segunda con 25.081; Cali, tercera con 5.723 y Barranquilla, cuarta con 4.713.
En cuanto al tema empresarial, el mismo estudio evidenció que se incrementó en un 146% el número de empresas, al pasar de 4.357 en 2012 a 10.739 en 2016.
Empresas que han implementado el teletrabajo
2012: 4.357
2014: 4.741
2016: 10.739
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Ventajas
El teletrabajo favorece la movilidad en ciudades grandes, donde hay trancones, contribuye con la generación de empleo para discapacitados, con dificultades para trasladarse a los centros de trabajo.
Permite el ahorro en costos de energía, materiales y limpieza de las instalaciones.
El empleado puede organizar su tiempo de manera eficiente, invertir el dinero de traslado en otros asuntos y desempeñar sus tareas con mayor libertad.
Es una alternativa para madres con niños recién nacidos que no tienen oportunidad de dejarlos en un horario de jornada laboral completa.
Las empresas disminuyen un 50% sus gastos, favorece el ahorro de servicios públicos en las compañías, porque reduce la cantidad de personal en las oficinas y se ahorra en papelería.
Desventajas
Los temas de alcances con otros grupos de trabajadores se ven limitados, porque ya no hay canales de comunicación directo cara a cara con el equipo de trabajo.
Puede provocar una mayor fuga de informalidad porque el mecanismo de vigilancia y control se dificulta bajo ese esquema de trabajo.
Aumento de algunos gastos para el trabajador: mantenimiento de equipos, conectividad, servicios de electricidad, sobre todo, si el individuo vive solo.
Aumentan las distracciones, el empleador suele pensar que en su hogar o sin una supervisión directa el teletrabajador puede distraerse de su tarea y no cumplir con lo pautado.
Ante la reducción de costos de traslado, de comidas, de vestimenta es probable que el empleador proponga una reducción en el salario.