Si Cúcuta quiere encontrar un mejor futuro, debe comenzar a explorar nuevos caminos que la lleven a hacer cosas diferentes con métodos absolutamente distintos para impulsar la generación de empresas y, de paso, combatir la informalidad y el desempleo que tanto afecta la calidad de vida de los habitantes de la frontera.
Una de las razones por las que la ciudad ocupa los primeros lugares en desempleo e informalidad laboral, radica en la falta de empresas dedicadas a actividades opuestas a lo que hoy se acostumbra a hacer, sin mayor innovación y, casi siempre, sin el apoyo de otras personas que puedan imprimirle una nueva dinámica al negocio, con productos demandados no solo en el mercado regional sino nacional.
En ese sentido, el venezolano Ricardo Hausmann, director del Centro de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Harvard, hizo un llamado a los empresarios que participaron de la segunda edición de Expogestión Frontera a trabajar en equipo, a “movilizar o juntar cerebros” que ayuden a generar más y nuevas cosas.
Para ello, citó el caso del primer avión Boeing, en el que intervinieron centenares de personas en su creación, destacando que para su elaboración se requirieron de miles piezas fabricadas en diferentes partes del mundo. Ejemplo que sirvió para dejar claro que las empresas locales deben comenzar a asociarse para alcanzar el éxito, ya que de manera individual será más difícil que Cúcuta encuentre su futuro.
“Es cierto que todo lo que suceda en Venezuela tiene un mayor impacto en Cúcuta, por eso los empresarios deben viajar a otros lugares a aprender qué hacen aquellas empresas que tienen éxito: cómo producen, quiénes intervienen en el proceso, adónde exportan y cómo lo hacen”, afirma el experto en desarrollo regional y competitividad.
Recordó que muchas de las compañías que existen hoy, se crearon por mentes que trabajaban en una empresa, que luego de adquirir un conocimiento, saber-hacer, se marcharon a otra ciudad y se juntaron con otros, expertos en otras áreas, para crear un producto o servicio más innovador.
“Un producto a veces requiere de muchas personas y saberes para crearlo. Hay que movilizar conocimiento, juntar o crear redes humanas. Las cosas se hacen juntando letras. Más letras, más palabras, de esa forma se amplían las posibilidades de diversificación. Entre más letras haya, más cosas sabe hacer la ciudad. En ese sentido, Cúcuta hace menos cosas”.
Hausmann explicó que la complejidad del aparato productivo depende de que tan fácil es hacer un producto. “Cosas fáciles de hacer se hacen en muchos sitios (...) Cúcuta tiene una complejidad productiva baja, hace pocas cosas y que todo el mundo sabe hacer. Eso debe cambiar”.