El relevo generacional y poca de mano de obra dedicada a las labores agrícolas sigue siendo uno de los temas que está impactando al sector agropecuario a nivel local.
La ausencia de mano de obra joven es un tema cultural, hay familias campesinas que prefieren enviar a sus hijos a las grandes ciudades a formarse, pero estos jóvenes no regresen al campo a desarrollar lo aprendido.
De esta situación no escapa Norte de Santander, el sector ganadero de la región es uno de los que adolece de estrategias que permitan que el relevo generacional en las labores agrícolas.
Andrés Hoyos, presidente del Comité de Ganaderos de Norte de Santander (Coganor), señaló que las familias no preparan a sus hijos para ver el campo como un proyecto de vida, en la región hay un déficit de mano de obra de 10% en practicas de ganadería con mayor tecnología.
Además, el nivel de edad de los que colaboran y los jefes de hogar en las actividades agrícolas son personas mayores de 40 años.
Las cifras del último censo nacional agropecuario del Dane así lo revela, en Norte de Santander, de un total de 15.571 productores jefes de hogar en el área rural, 7.893 productores tienen un rango de edad entre 35 y 64 años. Eso quiere decir que el joven no ve el campo como una opción de proyecto de vida y de desarrollo.
Y en Norte de Santander, la informalidad y el contrabando influyen para que la mano de obra joven se dedique a estas actividades, ganando más y haciendo un menor esfuerzo, frente a una actividad agropecuaria en donde los ingresos son menores.
Por otro lado, Misael Flórez, gerente regional de Fedearroz, señaló que en los picos de labores agrícolas la demanda de personal sube un 40%, que se logra cubrir con los hijos de las familias arroceras.
Informó que por cada 10 hectáreas en los picos altos de siembra de arroz se contratan a 3 personas adicionales.
Mauricio Vargas, gerente de Palmicultores del Norte, indicó que en el sector que la palma de Norte de Santander está compuesta por pequeños y medianos agricultores, en la cual una persona puede atender entre 6 y 7 hectáreas de palma, hoy en día ya estos pequeños palmicultores tienen más hectáreas, lo que ha causado una demanda de mano de obra, en regiones como Tibú y El Catatumbo.
El dirigente del gremio indicó que en El Catatumbo los hijos de los productores estudian carreras relacionadas con la industria petrolera, debido a la ubicación de Ecopetrol en la región, porque era más rentable trabajar en esta industria que en el campo.
Pero esta situación ha cambiado en frente a la caída que ha registrado la industria petrolera, y actualmente los jóvenes están viendo al sector palmicultor como una actividad rentable.