La economía del cuidado es un concepto que cada vez toma más relevancia dada la tendencia en busca de la equidad de género en el espacio laboral, esto se refiere al trabajo invisibilizado como las tareas del hogar y el cuidado de niños y adultos mayores, funciones que han estado tradicionalmente a cargo de las mujeres sin recibir retribución económica, y las cuáles tienen un peso relevante en la productividad porque son las que posibilitan el desarrollo de otras actividades económicas.
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El Foro Económico Mundial , WEF, señaló que si este trabajo se compensara, representaría 9% del PIB global, equivalente a US$11 billones, y en América Latina representaría entre 15,7% y 24,2% del PIB. En el caso de Colombia, el cuidado no remunerado asciende a $230,3 billones, lo que representa 19,6% del PIB, de acuerdo con la Cuenta Satélite de Economía del Cuidado elaborada por el Dane.
En esta misma revisión nacional a la economía del cuidado, el departamento indicó que 32,2 millones de personas realizan actividades de trabajo de cuidado no remunerado, y de ellas, 19,5 millones son mujeres, lo cual representa 90,3% de las mujeres mayores de 10 años, es decir nueve de cada 10.
En cuánto a personas cuidadoras remuneradas, hay 2,8 millones y de estas, 74,8 % son mujeres. Si se tiene en cuenta el trabajo doméstico (reconocido y remunerado)y el de cuidado no remunerado como un sector económico este representa $462,29 billones, superando otras actividades como el comercio con $426,14 billones.
Bajo este escenario se han empezado a desarrollar iniciativas públicas para reconocer este trabajo, la más reciente es el Conpes 4143 de Política Nacional de Cuidado, aprobada el 14 de febrero de este año.
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John Fredy Barrero Romero, director del programa administración en salud de la Universidad Compensar, explica que con ello se busca fortalecer el cuidado como un pilar del bienestar social por medio de la redistribución equitativa la labor entre el Estado, el sector privado, la sociedad y los hogares. “El Sistema Nacional de Cuidado ha avanzado en el reconocimiento del cuidado como un derecho, consolidado en cuatro momentos clave: la lucha contra la discriminación de las mujeres en el cuidado (Ley 51 de 1981 y Ley 1257 de 2008), la garantía de atención digna para niños y adolescentes (Código de Infancia y Adolescencia de 2006 y Ley 2055 de 2020),la valoración económica del trabajo de cuidado (Ley 1413 de 2010) y la protección de personas mayores y con discapacidad (Ley 2297 de 2023)”, comentó Barrero.
La Política Nacional de Cuidado se destinarán $25,6 billones para impulsar un plan a 10 años con 133 acciones definidas que implementarán 35 entidades, incluidos 15 ministerios, para mejorar las condiciones laborales de cuidadoras y fortalecer el cuidado comunitario.
Javier Plazas, viceministro para las Poblaciones y Territorios Excluidos y la Superación de la Pobreza, señaló que con el Conpes “se le estará cumpliendo a quienes cuidan 35% del país:cuidadores de personas con discapacidad, de personas mayores, de niños y niñas, trabajadoras domésticas, madres comunitarias, madres sustitutas, enfermeras, cuidadoras del ambiente y el territorio”.
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Barrero destacó que con la Ley 1413 de 2010 se permitió medir el impacto de la economía del cuidado en el desarrollo del país al visibilizar su contribución económica, y conocer las limitaciones al empleo formal para las mujeres y prevé que con la nueva política se apuntará a “aumentar la participación femenina en el mercado laboral, mejorar la productividad y dinamizar la economía, promoviendo mayor equidad de género y crecimiento sostenible”.
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