Cúcuta registró una tasa de desempleo de 13,8% entre marzo y mayo, de acuerdo con el reciente informe sobre el mercado laboral entregado por el subdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Leonardo Trujillo.
A nivel nacional, el indicador fue de 10,5%, es decir, 3,3 puntos porcentuales por debajo de la ciudad fronteriza.
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El reporte del DANE ubicó a la capital de Norte de Santander como la séptima tasa de desempleo más alta entre 23 ciudades y sus áreas metropolitanas, cuyo promedio fue de 11,1%.
Esta cifra sigue siendo preocupante, porque al compararla con la registrada en igual período de 2022 (14,1%), se refleja una leve disminución de tan solo 0,3%.
Ese panorama se suma al indicador de la informalidad laboral, que, pese ir a la baja, en el trimestre marzo-mayo la ciudad registró 57,6%, por arriba del promedio nacional (56,7%). Hace un año, Cúcuta y su área metropolitana registraban un informalidad de 65,2%, 7,6 puntos porcentuales más.
El economista Christian Méndez, investigador y profesor universitario, indicó que hay un sector de habitantes que dejó de buscar trabajo, por lo que gran parte de ese descenso de la tasa de desempleo tiene que ver con la salida de esa población de la fuerza laboral.
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La ANIF argumentó que la tasa de ocupación ha disminuido, deteriorando las cifras de empleo, que son compensadas con descensos en la Tasa General de Participación (TGP). Este último efecto reduce el total de personas en la fuerza de trabajo (personas empleadas o desempleadas) y en consecuencia genera menores presiones sobre la generación de empleo y refleja menores tasas de desempleo.
Sin embargo, según la ANIF, la tasa de participación se encuentra en niveles menores que en el periodo prepandemia y, en caso de volver a crecer podría llevar a un mayor valor de la tasa de desempleo.
Respecto al descenso de la informalidad en Cúcuta, Méndez dijo que estaría relacionado con la administración pública, educación y salud que gana puestos de trabajo, sector que se caracteriza por la formalidad, a diferencia de los tradicionales como comercio y manufacturas.
“No hemos tenido las tasas de desempleo sobre 12% de pospandemia, pero hemos venido moviéndonos nuevamente hacia abajo, con movimientos de sectores estratégicos para la ciudad en mediano y largo plazo… Se requiere una respuesta concreta para transformar de manera estructural el mercado laboral”, añadió Méndez.
Comercio, el que más ocupa
Christian Méndez, quien es integrante del Observatorio Regional de Mercado de Trabajo (Ormet) en el departamento, explicó que el principal jalonador de empleo sigue siendo el sector comercio y se mantiene constante con 111.000 puestos, un crecimiento de 4.000 respecto a 2022.
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“Es importante evidenciar el fortalecimiento de la industria manufacturera y la administración pública, que han venido creciendo en 8.000 y 6.000 empleos”, agregó. A corte de mayo, estos tenían 62.000 y 53.000 empleados.
Méndez subrayó que la administración pública, educación y salud sigue siendo un sector clave en generar plazas laborales y debe ser esa opción que apalanque la innovación y el empleo de última instancia, “en una ciudad con múltiples problemas sociales”.
El economista sostuvo que el reto está en seguir construyendo capacidades en las confecciones, promoviendo el acceso a la formalidad y generando valor agregado, para una diversificación productiva, que iría en línea con la política de reindustrialización del Gobierno.
Además, es necesario plantear dinámicas de transición hacia otros sectores y poder construir empleos formales.
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