La producción porcina de Norte de Santander aún no se recupera, el contrabando y la falta de apoyo de las autoridades mantienen deprimido el comercio legal de cerdo en la región.
Adicionalmente, el precio de la carne porcina, también ha disminuido, mermando la capacidad de inversión de los productores del departamento.
Producir un kilo de carne de cerdo cuesta entre 4.000 y 4.500 pesos y en el mercado a nivel de productor se está vendiendo en 3.500 pesos el kilo, mermando la competitividad de los productores locales, el culpable: el contrabando.
De las 1.200 granjas que hay en el departamento se sacrifican entre 40 y 50 animales al día, informó el presidente de la Cooperativa Integral de Porcicultura de Norte de Santander (Cooporcinor), Luis Lima, sin embargo el consumo supera los 70 animales.
La percepción del gremio local es que los niveles de producción han mermado alrededor de 50% impulsada por el contrabando.
Lima aseguró que a pesar de que las autoridades están llevando a cabo los controles contra el contrabando, estos aún no se han reflejado en los niveles de producción en la región.
Por otro lado, la falta de apoyo de la Gobernación y las autoridades locales a este sector también ha contribuido a la caída de la porcicultura regional.
Pocos incentivos, inversiones en granjas con personas sin la debida capacitación, que no están relacionadas con la actividad, y la falta de apoyo en una infraestructura adecuada son el caldo de cultivo que promueven la caída de este sector.
Lima informó que, para mejorar las condiciones de la porcicultura, es necesaria la construcción de una planta de sacrificio dedicada exclusivamente al sector pecuario, y que las autoridades efectúen mayores controles del contrabando.
Nacional
Carlos Maya, presidente de la Asociación Porkcolombia, informó que el sector porcícola viene de registrar un crecimiento de 30% durante dos los últimos años.
Sin embargo, en lo que va de 2017 no se registra un alto crecimiento, apenas de 1%, que obedece a un desestímulo en la inversión, la desaceleración económica y la caída de la confianza del consumidor.
Maya destacó que este año los precios pagados al productor han sufrido una disminución cercana al 20% durante el año, mientras que el precio al consumidor apenas ha bajado el 2%, la caída de los precios obedecen la intervención de los intermediarios en la cadena de comercialización.