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Editorial
Alivio ambiental
Reducción histórica de la deforestación en Colombia y la restricción a los productos de plástico de un solo uso, constituyen un alivio medioambiental.
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Martes, 9 de Julio de 2024

Reducción histórica de la deforestación en Colombia y la restricción a los productos de plástico de un solo uso, constituyen un alivio medioambiental. El año pasado se perdieron 79.256 hectáreas de bosques, equivalente a una reducción del 36% frente a las 123.517 hectáreas taladas y quemadas en 2022.

Por ejemplo, esta es la primera vez que se registra una cifra deforestadora por debajo de las 100.000 hectáreas, siendo los números bajos desde que se llevan los registros oficiales, como lo destacó el mismo Ministerio del Interior.

Si analizamos el comportamiento de los últimos trece años del comportamiento de la pérdida de bosques por la acción directa del hombre, se advierte que 2017 figura como el de mayor deforestación, con una cifra que superó las 200.000 hectáreas destruidas, seguido muy cerca por 2018.

Pero haciendo un comparativo desde ese tiempo hasta la actualidad, queda confirmado que 2023 obtiene el título de ser el año en el que menos resultó afectado el país por este mal.

Entre los hechos que permitieron esa merma, se encuentra el programa conservar paga dirigido hacia las comunidades con el propósito de que se comprometan en la atención y protección de las zonas boscosas.

Esta práctica es causada por los cultivos ilegales, la tala ilícita, los incendios, la ampliación de la frontera agropecuaria, la ganadería extensiva, el crecimiento poblacional, la minería, entre otros factores.

La deforestación es uno de los activadores del cambio climático, porque al desaparecer las grandes extensiones de árboles disminuye la absorción del dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, al mismo tiempo deteriora la capa vegetal del suelo y conlleva a la pérdida de la biodiversidad y del hábitat natural.

El otro aspecto que llega para empezar a actuar en pos de ayudar al planeta, es el de la prohibición de los plásticos de un solo uso. Dos datos muestran que sí era necesario haber decidido optar por un un nuevo comportamiento.

Uno: Naciones Unidas indicó que “un impactantante 91% de todo el plástico es de un solo uso”. Eso es una carga de dimensiones altamente peligrosas.

Dos: Solo se ha reciclado el nueve por ciento de las 9.000 millones de toneladas de plástico producidas en la historia, mientras la mayor parte de este material termina en vertederos y en el medio ambiente, como lo ha denunciado el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Aprovechando que en Colombia se empezó a aplicar la medida, resulta válido que haya un acompañamiento gubernamental, en muchos factores, a las empresas colombianas y regionales que producen esa clase de materiales, para apoyarlas a en su paso hacia los plásticos biodegradables.

Pero ahí aparecen factores como el riesgo de perder empleos, puesto que en el renglón de las bolsas, pitillos y demás equivale al 4% de la industria plástica nacional, conformada por unas 100 empresas, que generan entre 9.000 y 10.000 puestos de trabajo.

También se encuentran los asuntos relacionados con el aumento de los costos de producción por las nuevas materias primas, diferentes insumos y cambios de tecnología.

Todo lo que está sucediendo en procura de mejorar las condiciones medioambientales hay que apoyarlo en todos los órdenes, lógicamente con una política gubernamental clara y eficiente para que no se generen traumatismos.


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