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Editorial
La estigmatización de Petro contra los medios
Tiene razón la FLIP al recordarle al presidente Petro que su compromiso democrático implica respetar la libertad de prensa y abstenerse de deslegitimizar a los periodistas.
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Martes, 2 de Julio de 2024

En estos días asistió Colombia de nuevo a una pelea del presidente Gustavo Petro contra los medios de comunicación y su misión informativa, elevando los niveles de preocupación sobre las garantías para el derecho constitucional de informar y expone al país la mordaza y la censura.

Lo peor de todo esto es la carga de profundidad de las palabras usadas por el jefe de Estados para cuestionar a la prensa en Colombia, al afirmar que “grupos neonazis parecieran dominar el relato mediático”.

Es muy riesgoso que el propio presidente utilice ese acalorado nivel de estigmatización contra los medios y los periodistas, puesto que el mensaje que deja en el ambiente es que viene adquiriendo un comportamiento dictatorial frente a quienes le cuestionan su mandato.

En otra de sus salidas desafortunadas, Petro argumentó que la prensa en el país arma su “Frankenstein de miedo, mentira e ignorancia”, con lo cual quiere descalificar la labor de los comunicadores y de quienes desde la prensa, radio, televisión y redes sociales informan diariamente a los colombianos.

El unanimismo resulta dañino para cualquier democracia, razón por la cual las críticas a la forma de gobernar y de conducir el país y las investigaciones que se hacen sobre los constantes escándalos, precisamente lo que buscan es que haya ese contrapoder.

Esa pugnacidad frente a la prensa desatada desde la Casa de Nariño nada bien le hace a una Colombia polarizada y en cambio sí desata más los riesgos para el desarrollo de las labores informativas de los comunicadores.

Lo peor de todo esto es que pareciera que esos ataques presidenciales no quisieran cesar, sino que más bien todos los días escalan y son peores, como ha ocurrido en los últimos días.

En una de sus andanadas, Petro sentenció: “se les abre las puertas, se recogen sus mensajes en las redes solo porque atacan al presidente, sin un solo examen de verificación, olvidando que detrás de ellos siempre está Goebbels”.

Con el uso del apellido del jefe de la propaganda Nazi durante la era de Hitler, el gobernante colombiano levantó su dedo acusador para señalar de manipulación a quienes desde la prensa hacen veeduría y seguimiento a sus acciones como gobernante y a los miembros de su equipo de colaboradores.

Hay que respaldar a la Fundación de Libertad de Prensa (FLIP) que también estuvo en el radar de los cuestionamientos de Petro y la cual le contestó que intentar deslegitimar a la fundación que protege la libertad de prensa desde hace 28 años “sienta un precedente perjudicial y alimenta el temor de la censura”.

Tiene razón la FLIP al recordarle al presidente Petro que su compromiso democrático implica respetar la libertad de prensa y abstenerse de deslegitimizar a los periodistas, siendo igualmente muy importante que aceptara la invitación que le hiciera la misma fundación para un diálogo constructivo para enfrentar los desafíos actuales.

Es urgente ponerle freno a esta delicada situación puesto que no se puede cercenar la diversidad y pluralidad de informar y opinar porque finalmente se abrirán peligrosos boquetes que llevarán al desplome a la pérdida de derechos esenciales para la salud de la democracia.

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