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En Cácota, duraznos tipo exportación
~Los duraznos que se producen en la vereda Ícota, municipio de Cácota, se han convertido en una de las frutas sanas preferidas de los mercados del interior del país y del oriente colombiano.~
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Sábado, 6 de Octubre de 2012
~Los duraznos que se producen en la vereda Ícota, municipio de Cácota, se han convertido en una de las frutas sanas preferidas de los mercados del interior del país y del oriente colombiano.~
roberto.ospino@laopinion.com.co

Los duraznos que se producen en la vereda Ícota, municipio de Cácota, se han convertido en una de las frutas sanas preferidas de los mercados del interior del país y del oriente colombiano.

La textura, el sabor, color, aroma y la sutileza de la piel son algunas de las características especiales que tiene los también conocidos en otros países, como melocotones.

En la antigüedad este alimento se tenía como símbolo de la longevidad y la inmortalidad por parte de la filosofía taoísta (China), de donde procede originalmente el árbol que se ha convertido en un medio  generador de trabajo y fuente de ingreso productivo a cientos de familias.

A la región de Pamplona llegó hace muchos años en donde inicialmente se cultivaban las plantas en los patios y solares, no con fines comerciales, sino para cubrir las necesidades familiares en materia de preparación de jugos, mermeladas y conservabas.

Certificaciones

Debido a los buenos métodos que se utilizan en los cultivos, recolección, asistencia técnica y otros procedimientos el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) certificó en buenas prácticas agrícolas a dos de estas empresas productivas que se convirtieron en pioneras en Norte de Santander y Colombia.

Las fincas están localizadas a media hora de Pamplona, a orilla de la carretera Central del Norte que conduce a Chitagá, vereda Ícota, municipio de Cácota. Las dos son de diferentes propietarios.

El ingeniero agrónomo Cristian Villamizar, quien se desempeña como asistente técnico de las empresas durazneras Vera Pabón y El Prado,  afirmó que recibieron el reconocimiento de la entidad agropecuaria a principio de 2012.

El proceso inició hace más de dos años y después de cumplir con las exigencias de la entidad agropecuaria y entendiéndose que se hacía necesario entregar al consumidor final un producto inocuo, el ICA decidió entregarles los respectivos certificados.

Sobre lo que significan estos logros, dijo que les permitirá a los cultivadores disponer de sistemas de producción más amigables con el medio ambiente.

De esta manera se tiene respeto por los recursos naturales para lo cual se construyeron infraestructuras para tratar las aguas contaminadas con plaguicidas; se hacen fertilizaciones con base en análisis de suelos y se propende por la protección del medio ambiente.

La aplicación de los agroquímicos a las plantaciones para el control de plagas y enfermedades se realiza después de un monitoreo que determina si se hace necesario o no, teniendo en cuenta los niveles de incidencia de los patógenos.

En estas empresas ya no se permite la utilización de productos con alta residualidad como son los de bandas amarillas o rojas.

En estas empresas se trabajan con plaguicidas  y fungicidas de bandas azules y verdes, las cuales contienen moléculas más nobles con el medio ambiente y la residualidad es muy baja en los frutos.

“Nuestras frutas son para consumo en fresco. Por eso estamos consciente que debemos producir un alimento lo más sano posible para los consumidores”, dijo.

Esto significa que los duraznos, no causarán daño o riesgo a la salud de las personas.

Otro de los aspectos que se tienen en cuenta para cumplir al pie de la letra con las exigencias y normas, es propender por la integridad física y el bienestar de los empleados.

Es por eso que utilizan en sus faenas diarias los elementos de protección personal, en especial al momento de hacer las aplicaciones de los químicos y mantenerse libres de cualquier patógeno que llegue a contaminar la producción.

Los promotores

En esta región se dieron la titánica tarea de fomentar este cultivo la familia compuesta por Oswaldo Vera y Blanca Flor Pabón Valbuena, quienes inicialmente se dedicaban a comercializar duraznos procedentes de Venezuela.

De esa región trajeron las semillas y como no tenían dinero para comprar un pedazo de tierra, acudieron a donde los amigos para hacer los primeros intentos; pero al principio nadie creía en el proyecto y los cultivos no prosperaban.

Hace 14 años un vecino les facilitó un terreno de ocho hectáreas en el plan de Villa Belén, vereda Taparguá (Chitagá), en donde sembraron 860 matas. Cuando empezó la producción al dueño de la tierra le facilitaron la quinta parte de la producción.

Hace cuatro años dejaron de comprar la producción que se daba en la región de Chitagá y Cácota; dedicándose exclusivamente a atender la empresa que funciona en una parte de lo que era la antigua finca Ícota-Quintero, que está compuesta por 24 hectáreas.

En cosecha tienen cerca de 5.000 árboles que dan los duraznos que son enviados a cinco clientes radicados en la capital de la República.

En las dos entidades certificadas, semanalmente, se están comercializando 24 toneladas; cantidad que aumenta los primeros meses de cada año.

Los duraznos de diferentes tamaños se seleccionan en una máquina que durante el día permite que se empaquen más de 1.000 cajas de 10 o más kilos.
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