Qué regalar, cómo decorar, qué comer y cómo vestir son algunas decisiones que en vísperas de la Navidad y de Año Nuevo muchos están por tomar y, aunque quizás lo dude , en esta época sí es posible reducir el impacto en la naturaleza.

World Wide Fund for Nature (WWF), la principal organización de conservación de la naturaleza a nivel global, compartió varias recomendaciones con las que podremos lograr que nuestras decisiones y acciones cuesten menos tanto a las personas como al planeta:

Para regalar...

1. Calidad, no cantidad: una experiencia o un recuerdo pueden generar mayor recordación que un objeto, “y ahí los entornos naturales (parques y reservas naturales) pueden ser un buen aliado”, apunta WWF. Además señala que así, se reduce las posibilidades de regalar algo que termine contaminando el planeta.

2. Fíjese en los materiales: los plásticos de un solo uso no son regalos amigables con el medioambiente, pues seguramente terminarán en los océanos. Analice su regalo y asegúrese de que, si es de papel o madera, provenga de materiales reciclados o haya una garantía de que su producción no afecta negativamente la naturaleza (el sello FSC es una de las certificaciones existentes).

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Si va a obsequiar ropa o comida, WWF recomienda que sean orgánicos.

3. No se descuide del empaque: escoger regalos con muy poco empaque o sin este es lo ideal. En caso de que quiera o sea necesario empacarlos, puede reducir el impacto comprando local (a menor distancia, menos empaques se requieren para proteger y conservar ese objeto); revisando que el empaque que escoja sea reciclable o tenga sello FSC; o reutilizando los que tenga en casa.

Quizás no lo tenía en mente pero empacar con tela también es una buena opción y hay una técnica japonesa para hacerlo, cuyo nombre es furoshiki, resalta WWF.

También se sugiere evitar el uso de moños, cintas plásticas, y papel regalo o tarjetas con apariencia metálica o escarcha.

“El mejor residuo es aquel que no se genera e infortunadamente el mal manejo de nuestros desechos está llenando el océano de plástico y aumentando la temperatura del planeta a ritmos peligrosos”, dice en el comunicado WWF.

Cuando vaya a cocinar o comer...

4. Reduzca el desperdicio: si planea bien lo que va a cocinar, compra solo lo necesario para prepararlo, sirve lo que se va a comer y almacena lo que sobre en recipientes o empaques reutilizables, para que se conserve bien. Así seguro reducirá el desperdicio de comida. Además, podrá reutilizarlo en otra receta o consumirlo luego.

Si duda de la importancia de este punto, ojo a esta dato de WWF: producir comida requiere grandes cantidades de agua y suelo (necesitamos 160 litros de agua para producir 1 solo banano) y, sin embargo, 4 de cada 10 alimentos que se producen en el mundo nunca llegan a consumirse.

5. Come local y de temporada: WWF explica que transportar los alimentos desde su origen hasta el supermercado genera gases, efecto invernadero y entre más lleguen a la atmósfera, el cambio climático se agudizará.

Recomienda comprar alimentos que se produzcan en Colombia y, ojalá, cerca de dónde vive, pero además, que estén en temporada para evitar que terminen en la caneca.

Y para completar la celebración...

6. Decora con el planeta en mente: son varias las recomendaciones que te pueden ayudar a hacerlo:

- Evita usar manteles o servilletas desechables. En su lugar puede usar las de tela, que luego reutilizarás.

- No utilice la comida para decorar si no se la va a comer.

- Reutilice la decoración de años anteriores o crea una nueva usando materiales que ya tienes en casa. Prefiere las luces LED, pues consumen menos energía y duran más, y no las dejes prendidas toda la noche.

Si va a comprar un árbol navideño sintético, asegúrese de usarlo al menos por 10 años y de que sea reciclable.

7. Revise su armario: Cómo vestir es otro dilema en esta temporada. La organización medioambiental insta a no dejarse contagiar del afán o la vanidad de comprar ropa nueva: “Trate de usar ropa que ya tiene, de darle un giro con accesorios diferentes y, si no le convence, busque ropa de segunda mano, fabricada con criterios de sostenibilidad o ¡pide prestado!”.

Para que se haga una idea del impacto que la producción de ropa tiene en la naturaleza, la organización deja este par de datos: fabricar un par de jeans le cuesta al planeta 8.000 litros de agua; una camiseta, 4.100 litros, y una chaqueta de cuero o unos zapatos, 8.500 litros.

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