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Frontera
La recuperación de Venezuela será un proceso lento y costoso
El catedrático Ronal Fabián Rodríguez Durán, de la Universidad del Rosario, analizó la situación del vecino país. 
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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Domingo, 1 de Julio de 2018

Politólogo egresado de la Universidad del Rosario, Ronal Fabián Rodríguez Durán es también catedrático en este mismo establecimiento de enseñanza superior y desde 2004 está vinculado al Observatorio que le hace seguimiento a Venezuela. Recientemente vino a Cúcuta invitado por la fundación El 5 a las 5 y aquí analizó la situación de la vecina nación

¿Tiene medición sobre la magnitud de la migración de venezolanos a la zona fronteriza de Colombia?

Uno de los problemas más complejos del fenómeno migratorio venezolano en Colombia es la dificultad para medir la dimensión del mismo. Un número importante de ciudadanos venezolanos pasa por los caminos verdes y aquellos que lo hacen por los puntos legales no siempre se registran con su plena identificación. Todos los días entran al país 50 mil venezolanos, en promedio. En su gran mayoría regresan a su nación, pero se estima, según OIM,  que aproximadamente 30 mil por mes se quedan aquí. En diciembre de 2017 se calculaba un número de 550.000. El gobierno nacional realizó un proceso de registro para aquellos que ingresaron irregularmente, quienes respondieron un breve cuestionario que buscaba la caracterización del fenómeno, pero hubo desconfianza implícita en la población inmigrante de entregar información, a pesar de que el proceso garantizaba sus derechos y fue ejecutado por garantes. Se entregó un resultado de 442.462 personas, de las cuales 118.709 son niños, niñas y adolescentes, sumados los 376.572 regulares. Así los datos señalan que el Estado colombiano tiene identificados 819.034 venezolanos en Colombia, número al que se deben sumar los retornados colombianos como parte de dicho fenómeno por lo cual la estimación llega al millón. No obstante,  hay un número importante de ciudadanos venezolanos y colombianos retornados de los cuales no se tienen datos.

¿Cuáles son los efectos sociales y políticos de esa situación?

El cambio de la nación colombiana. Durante el siglo pasado Colombia no vivió los grandes procesos migratorios que ocurrieron en todo el continente desde Canadá o Estados Unidos, pasando por la misma Venezuela hasta llegar a Argentina. América es un continente de migraciones, pero nosotros por “La Violencia” y después por el conflicto armado no vivimos dicho proceso. Las migraciones transforman las sociedades receptoras, destruyen prácticas y construyen nuevas formas de interrelación, cambian y crean nuevas sociedades. No podemos entender el imaginario norteamericano o argentino sin el aporte que las migraciones dieron a sus sociedades. Algo similar ocurrirá con la llegada de los venezolanos a Colombia. Pero el reto es grande. En materia de salud en 2017 el Estado colombiano dio atención en urgencias a 24.727 ciudadanos venezolanos. En lo que va del 2018 el número llega a los 36.540, lo que da una dimensión del reto y sus complejidades.

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¿Es posible una solución a corto plazo?

No es una situación que se pueda resolver en el corto plazo. La crisis venezolana solo es comparable a los procesos de devastación que producen las guerras. La recuperación del país hermano será un proceso lento y costoso, que en cualquiera de los posibles escenarios tiene como uno de sus efectos inmediatos el mantenimiento o el incremento del flujo migratorio. La única frontera viva de Venezuela es Colombia, pero tal es el nivel de la crisis que ya se ven episodios de balseros en dirección a Aruba y las islas del Caribe o aquellos que deciden cruzar la selva para llegar a Brasil. Todos los países de América Latina se verán afectados por la migración venezolana, pero Colombia en una mayor dimensión, por las características del fenómeno, y ello nos obliga a ejercer un liderazgo en el manejo del problema. La mayoría de la migración venezolana llegó a Colombia para quedarse, el número de los que regresarán una vez superada la crisis en 10 o 20 años será menor al que se radique definitivamente en nuestro territorio. Hoy no lo parece, pero cada día que pasa hace menos probable su regreso de los que llegan.

¿Qué responsabilidades podrían imputársele al Gobierno de Venezuela?

El gran resultado de la Revolución Bolivariana fue hacer inviable el país. Los ciudadanos venezolanos cada día tienen menos espacios políticos, económicos y sociales. Hoy han quedado en condición de asistencia humanitaria. No solo es el cierre político y el sometimiento a un proyecto que no comparte la mayoría, es el deterioro de su forma de vida en temas como la educación, la salud, la alimentación que hacen imposible a una familia sostenerse sin las redes de apoyo que envíen recursos desde el exterior. En otras palabras, es imposible sobrevivir en Venezuela sin los recursos de la migración. Así las cosas, el proyecto encabezado por Nicolás Maduro es el responsable de la ruina del país más rico de América del Sur.

¿Este problema debe llevar necesariamente al aislamiento de Venezuela e inclusive al rompimiento de relaciones diplomáticas?

Se debe condenar el cierre democrático, la violación sistemática de los Derechos Humanos y el accionar criminal del Estado, pero a diferencia del resto de países Colombia debe mantener una relación entre Estados con Venezuela. Por las características de la vecindad no podemos romper relaciones y debemos velar por los colombianos en territorio venezolano, que hoy según cálculos de Cancillería rondan los 3,6 millones, y presionar para que el gobierno de Nicolás Maduro cumpla las obligaciones mínimas con la diáspora venezolana en Colombia, como sus derechos de reconocimiento a los niños venezolanos que nacen en territorio colombiano.

¿Cómo ve a la oposición venezolana al Gobierno de su país frente a esos hechos?

La fragmentación de la oposición venezolana al interior de su país hace imposible una acción coordinada y clara frente al fenómeno migratorio. Pero el capítulo internacional de dicha oposición si ha logrado éxitos importantes como el desconocimiento de la Asamblea Nacional Constituyente y las pasadas elecciones del 20 de mayo. Hoy internacionalmente se reconoce al régimen como una dictadura, pero es difícil poder contar con un rol protagónico de la oposición, cuando hay que coordinar un plan de atención a la migración venezolana que requerirá el concurso de varios Estados y diferentes organismos intergubernamentales.

¿Cuál salida a la crisis venezolana ve posible?

No, la salida se debe construir y nos tomará tiempo. Es tarea de los venezolanos,  los colombianos y  de la comunidad continental. No hay las condiciones políticas para un cambio democrático en Venezuela. El cierre del sistema político, la consolidación de la dictadura se aceleró con el ascenso de Diosdado Cabello a la presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente. El deterioro económico y social hacen más fuerte al régimen en contra de lo que se suele creer. Hoy tienen más instrumentos de control y han demostrado que no les importa sacrificar al pueblo para permanecer en el poder. Así las cosas, se hace cada vez más eco a otras formas de salida, pero el resultado puede ser aún peor para Colombia y el fenómeno migratorio puede crecer aún más.

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¿Ve sintonizado al presidente electo de Colombia con lo que sucede en Venezuela y cómo juzga sus posiciones?

El presidente electo tiene conocimiento del tema y varios de los actores que lo rodean han posicionado la crisis venezolana internacionalmente, pero deberá armonizar las posiciones políticas con lo que demanda una relación entre Estados. Debe tener cuidado para no terminar siendo instrumentalizado por algunos sectores colombianos y venezolanos radicales, debe dar prelación a sus responsabilidades como jefe de Estado, liderar la atención al tema migratorio en la región y mantener unos mínimos frente a una relación bilateral tan interdependiente.

Otro problema regional de perturbación nacional es el del Catatumbo, de Norte Santander. ¿Cuál es su análisis?

Se requiere una mirada amplia de la situación del Catatumbo. No se puede limitar a los temas de seguridad. La llegada de migrantes y su reclutamiento por organizaciones al margen de la ley demandan nuevas interpretaciones y abordajes del problema. La población inmigrante puede ser fácilmente victimizada por las condiciones existentes generando un crecimiento exponencial de los problemas sociales que dan lugar en área.

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