El más reciente informe de investigación de Insight Crime revela aspectos importantes sobre cómo el gobierno de Nicolás Maduro ha logrado sobrevivir a todas las crisis de la caída económica, el bloqueo internacional y a la propia oposición interna, gracias a una nueva forma de gobernanza de la mano con actores criminales, en la que el estado Táchira ha sido uno de los ejemplos a seguir en este sistema de gobierno.
Jeremy McDermott, codirector y cofundador de la organización dedicada al estudio del crimen organizado en América Latina, en entrevista con La Opinión detalló que en el reciente informe publicado: ‘El ascenso del estado criminal híbrido en Venezuela’ se profundiza en cómo Nicolás Maduro, luego de las protestas del 2015, desesperado por mantenerse en el poder, aceleró una forma de gobernanza con actores criminales, no estatales.
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Esto le permitía asegurarse de que chavistas pudieran tener acceso a rentas criminales y orquestar acciones que iban encaminadas a generar represión en grupos de oposición a su gobierno, lo que los expertos en criminalidad identifican como una gobernanza híbrida.
“En esta gobernanza criminal hay como una escala donde un grupo está como tolerado. Esto quiere decir, por un lado, que puede continuar sus operaciones sin ser molestados, hasta el otro extremo donde gozan del amparo del mismo estado, como ocurre en el Táchira que es uno de los casos más obvios. Ahí encontramos al gobierno de Freddy Bernal, primero como protector y ahora como gobernador”, refirió.
McDermott indicó que en la frontera los grupos se nutren del contrabando, narcotráfico, control de las trochas, extorsión de los migrantes y lo hacen con un botín muy significativo.
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“Bajo Freddy Bernal, el estado intentó poner orden sobre esta frontera, inicialmente, trabajando con el Eln, expulsando a Los Rastrojos y los Gaitanistas del lado venezolano e intentando poner orden mediante una hegemonía sobre las rentas criminales en la frontera”, detalló el investigador.
Según la investigación que lideró el experto, por el estado Apure, también estableció fuertes alianzas con el Eln, grupo que no había establecido acuerdos con el gobierno de Maduro, como sí lo tenía el Frente Décimo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), antes del fracaso de la ofensiva militar.
Cambios de dinámicas
Destacó el papel de los colectivos y las Cuadrillas de Paz (Cupaz), que son grupos armados afines al chavismo que operan en varios estados del país, especialmente en el sector 23 de Enero, una de las zonas populares más reconocidas de Caracas por su respaldo al movimiento político que lideró el gobierno de Hugo Chávez.
Estos grupos se encargan de ejercer el control social y político en sus territorios, reprimiendo las protestas y los disidentes. Sin embargo, muchos de ellos han perdido su norte ideológico y se han criminalizado, debido a la falta de recursos para mantenerlos.
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En Táchira, el gobernador Bernal, que tenía vínculos con los colectivos desde Caracas, utilizó este vehículo y creó el Colectivo de Seguridad Fronteriza. “pero ahora como gobernador él ya no necesita eso porque dispone de las herramientas de la gobernación del Táchira. Entonces disolvió este colectivo” recalcó.
Las FBL están debilitadas
De igual manera, expuso que el informe detalla qué está sucediendo en la actualidad con las Fuerzas Bolivarianas de Liberación o Boliches, como se les conoce, cuyo grupo es una guerrilla venezolana que opera en municipios del estado Barinas y en el Alto Apure, zona limítrofe con el Arauca.
MacDermott recordó que las FBL solía ser un grupo aliado del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), partido de extrema izquierda, fundado por Hugo Chávez en el 2008 y que fue parte de la gobernanza híbrida.
Sin embargo, el gobierno de Maduro tuvo que hacer una excepción por el conflicto generado en Apure y eligió al actor que más le servía en este sistema, el Eln. “Parece que el régimen lo eligió y hoy en día es su principal aliado no estatal”.
Por ahora, las FBL han perdido su estatus privilegiado y, entonces, sin el apoyo y consentimiento del estado, están en una posición muy débil porque no cuentan con el apoyo para retar al Psuv en ninguna parte del país.
Según el análisis del investigador, Maduro en este momento está más fuerte que nunca, ya que ha sobrevivido a los problemas económicos, mientras que la oposición política sigue dividida. Sin embargo, “está purgando a algunos elementos que no son tan disciplinados y que no son tan útiles para el régimen”, subrayó.
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