A comienzos del siglo XX, el periódico El Trabajo de Cúcuta, presentaba a sus lectores, en su formato de medio pliego, noticias variadas de la Provincia, de Colombia y algunas internacionales que eran suministradas por sus corresponsales en Europa y los Estados Unidos. En esos años, por las obvias limitaciones que existían, era comprensible pensar que las noticias así como los artículos de opinión, no tuvieran la extensión y la profundidad de hoy, razón por la cual, muchas de ellas se limitaban a ser difundidas de manera abreviada y sucinta. En los medios escritos de época era común que se presentaran varias secciones con noticias breves y sin mayor desarrollo, situación que se veía en el periódico en mención, que entre otros tenía bloques noticiosos como “Pliego de Cronista” y “Sueltos”.
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Veamos pues, algunas noticias que eran publicadas entonces: “…sabemos que se halla en Cartagena el Oficial de Marina chileno Sr. Assmusen, contratado por el Gobierno Nacional para crear en La Heroica una escuela naval. El Sr. Assmusen es uno de los oficiales más distinguidos de la Marina chilena, según cuenta un diario capitalino.
De la Escuela Naval lo mismo que de la Militar que están organizando en Bogotá los capitanes Ahumada, de infantería y Guillén, de artillería, saldrán veteranos instruidos hombres del ejército colombiano y entonces sí podremos hacernos fuertes y respetados en cualquier emergencia. La juventud de nuestra patria que posee dotes admirables para lucir en la carrera de las armas, adquirirá con esto la pericia que imprime el concurso de conocimientos sólidos”.
“…el último correo del sur nos trajo el canje de El Republicano, diario muy bien servido e interesante que dirige en la capital de la República el Dr. Ricardo Tirado Macías. Labor muy noble ha empezado el colega: su propaganda es de saludables tendencias, el fondo de sus artículos elevado y patriótico. Recientemente, según telegrama de persona respetable, está publicando artículos sobresalientes respecto del Ferrocarril a Tamalameque”.
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Con relación a la divulgación de las normas gubernamentales, en particular de la provinciales, se leía en una nota: “…el gobierno departamental acaba de disponer que sólo se despache correspondencia para los pueblos de la provincia, cada quince días. Esta orden ha causado al comercio, al público y al periodismo serios trastornos que vienen a herirnos con marcada intensidad hoy que para colmo de males, y por circunstancias conocidas, nos hallamos en la inacción por la clausura de Puerto Villamizar. En buena hora que se elimine, como se ha hecho, el correo departamental a Ocaña, casi inoficioso por haber otro nacional que sale de aquí cada seis días, pero que se someta a Cúcuta a una incomunicación que se extiende a todos los ramos, nos parece inconducente. ¿Cuál la mira que se ha tenido en el particular? El ahorro de $40 o $50 mensuales en los gastos de la administración, se nos alegará. ¿Por qué no suprimir entonces tantos empleos inútiles, en los cuales se gastan cantidades de 300 y más dollars? ¿no es incuestionable que el completo servicio postal, como las vías de comunicación lo exigen el desarrollo de las naciones? Elevamos al general Peña Soto nuestra deferente solicitud en la confianza de que él la solucionará disponiendo la nulidad de la disposición a que hacemos referencia”.
En ocasiones se hacían comentarios sobre actividades culturales que se sucedían en la ciudad o bien sobre eventos editoriales a los que se invitaban a los medios. Al director del periódico, en esta oportunidad, le fue enviado el ejemplar de un libro que comentaremos en seguida y que esta sección tuvo a bien nombrar ‘el libro de raza’. Decía el director: “…con fina y conceptuosa dedicatoria nos acaba de remitir el famoso escritor Maximiliano Avilés, el interesante libro Fuerza de Acción, editado en New York en el presente año. Al leerlo, con el entusiasmo y devoción que inspira, comprendimos que la obra, dedicada al impulso de la raza latina, está escrita como si fuera especialmente para Colombia; las prácticas allí aconsejadas son las que necesita el cuerpo exangüe apenas animado de nuestra nacionalidad: esto es, la acción por el trabajo, por el esfuerzo propio, por la labor formal, civilizadora y fecundante. En cada frase de la galana producción de Avilés hay una enseñanza, una lección objetiva de la holgada y vigorosa vida norteamericana que respira sólo actividad y grandeza. La pluma de este notable prosista ha corrido noblemente inspirada y por eso Fuerza de Acción puede llegar con gran provecho a manos del obrero, del industrial, del artesano, del literato porque es el evangelio de los pueblos iberoamericanos, el libro santo de los países que anhelan dar notaciones de progreso efectivo. El solo prólogo de la obra es una recomendación: lo suscribe el eminente autor español Mariano José Madueño, como si dijéramos una gloria de las bellas letras. Maximiliano Avilés es muy joven pero no por eso deja de probarnos que posee la experiencia de los hombres formales y el atributo de la inteligencia y el saber. Con el agradecimiento por el envío va nuestro aplauso ferviente al amigo y colega”.
También se aprovechaba para incluir algunas notas sociales, como en este caso: “…proveniente del Cauca, tierra hospitalaria y progresista, ha visitado nuestra oficina de redacción el Sr. Felipe Peña, antiguo y buen amigo nuestro e hijo de este departamento. Peña es un músico inmejorable y lúcido como Maestro Concertador en Compañías Dramáticas. Reciba nuestro saludo cordial”.
Tampoco faltaban, tal como hoy, los reconocimientos y elogios a las gestiones empresariales con las que su publicación servía de publicidad entre su público lector. Tal fue el caso que a continuación mostramos: “…saboreamos las muestras de los exquisitos cigarrillos caña, berro, orozús, trigo y blancos que se están fabricando en La Integridad de los señores Cabrera & Orbegozo. Estos productos nada dejan de desear en cuanto a elaboración y buen sabor, todo lo cual demuestra que los nuevos industriales desean darle el debido ensanche y acreditar la fábrica. El amigo Ruan nos dice que están introduciendo en los afamados Excelentes notables mejoras y que no cejará en su propósito para así corresponder así a la demanda creciente que su artículo tiene hoy en muchas partes. Beneficioso será para los consumidores y hasta para el pueblo, pues en estas fábricas se da trabajo a mucha gente que lo necesita”.
Redacción
Gerardo Raynaud D.
gerard.raynaud@gmail.com