Cecilia Lozada de Chiquillo y Doris Esther Cubides de San Juan tienen en común la patología que padecen. Ambas tienen Mieloma Múltiple, un tipo de cáncer de la sangre, especialmente de una célula plasmática que se ubica en la médula ósea.
Más que eso, Lozada y Cubides, también tienen en común que llevan más de 40 años casadas, y que han sido sus esposos y familias, los que las han acompañado y ayudado a superar la difícil prueba por la que tuvieron que pasar.
La historia de Cecilia
Cecilia Lozada de Chiquillo de 62 años, tiene 4 hijos, 8 nietos y 3 bisnietos. Está casada con Pedro Chiquillo desde hace 45 años y el amor que se tienen se ha fortalecido con los años.
Cuando Cecilia empezó a tener los primeros síntomas de la enfermedad, hace más de un año, nunca imaginó que tendría que atravesar por el difícil momento de perder la movilidad de su cuerpo.
“Me dolía mucho la espalda, me llevaron a la clínica por urgencias y no podía caminar por el dolor. Todo me empezó por un dolor de piernas y en ese momento, me operaron del nervio ciático, porque, según me dijeron en la clínica, lo tenía enredado en la columna”, recuerda.
Los 28 días hospitalizada en la clínica los pasó junto a Pedro Chiquillo, su esposo, quien cada noche se quedaba con ella.
Luego de eso, hace un poco más de 11 meses, la remitieron a la Unidad Hematológica Especializada cuando ya estaba en silla de ruedas porque no podía caminar.
Cecilia, con una gran sonrisa en el rostro, recuerda cuando el doctor Varón la valoró y le aseguró que la iba a sanar.
“Como a los tres o cuatro meses, que me iban haciendo las quimioterapias -que son fuertes, pero había que meterle, ánimo, fuerza y valor- poco a poco me fui parando, caminando y ya voy cogiendo fuerzas en las piernas, que eran como sueltas del mismo cáncer”, explica.
El miedo más grande de Cecilia era perder su cabello. Lloraba al pensar que lo perdería completamente, pero su esposo dijo las palabras que ella necesitaba escuchar.
“Yo la vi llorando y para todos en la casa fue muy duro saber que ella tenía cáncer. Como le preocupaba perder el pelo yo le dije que no se preocupara que si a ella se le caía el pelo, yo me mandaba a rapar”, sostiene Chiquillo.
Ahora, después del tratamiento, Cecilia está mucho mejor. Ambos reconocen que Dios fue el que intervino en su sanación y que el doctor Varón junto a los profesionales de la Unidad Hematológica Especializada, fueron muy importantes en la recuperación que Cecilia aún enfrenta.
El amor ya les puso otra prueba. Hace unos meses, Pedro estuvo hospitalizado durante 21 días y Cecilia dice que el valor para acompañarlo se lo debe a Dios.
Su familia siempre fue muy unida, le dieron ánimos, y poco a poco se irá recuperando más. Lo importante ahora, es que está 95% curada y ya se puede valer por sí misma.
La historia de Doris
Doris Esther Cubides de San Juan camina lento y aún necesita ayuda para hacerlo.
Nació en la vereda Pueblo Viejo de Buena Vista en Ocaña, toda su vida ha trabajado en el campo y tiene 42 años de casada, cinco hijos y 12 nietos.
Un médico en Ocaña la desahució. Le dijeron que “estaba llena de cáncer y que ya no tenía cura”, le estaban saliendo chinchones en la cara, le practicaron un tac, biopsias, la remitieron a Bucaramanga y aún así, no tenía respuestas claras. Doris ya no podía caminar.
“Cuando el doctor me dijo que me iba a morir y que no había nada que hacer, pensé en que Dios es el único que puede poner la mano en uno y sanarlo”, recuerda.
Luego, esperando un milagro, finalmente, la remitieron a la Unidad Hematológica Especializada.
“Ese día lloré cuando el doctor me dijo que él me ponía a caminar dentro de pocos meses y gracias a Dios, al doctor y a nuestro señor Jesucristo aquí estoy”.
Desde comienzos del mes de marzo empezó el tratamiento de Doris y ya ha pasado por 30 quimioterapias.
Mientras sigue luchando contra el cáncer, su hija de 39 años también está pasando por un cáncer, pero de esófago.
“Para la familia ha sido muy duro superar esto de nosotras, pero somos una familia muy unida, muy devota y eso nos ha ayudado”, precisa Doris.
Sus hijos y familia se turnaron para cuidarla y ahora cuenta con la ayuda incondicional de una prima.
Se sintió la mujer más feliz del mundo cuando pudo regresar a su casa porque extrañaba mucho a su familia y el campo.
Para ella, el doctor Varón ha sido un ángel y le agradece poder superar todo el proceso.
Al recuperar la movilidad, aunque aún no está bien del todo, se sintió muy contenta después de verse postrada en una cama.
“Mi esposo pasó noches de dolor conmigo. Pasábamos noches en vela y yo me ponía a llorar y él lloraba conmigo”.
Recuerda que su recuperación fue más fácil gracias a que su esposo le contaba chistes y la consentía mucho.
Se siente muy agradecida con el doctor Varón y el personal médico de la Unidad Hematológica Especializada.
Más sobre el Mieloma Múltiple
De acuerdo con el oncólogo Carlos Varón, el mieloma múltiple se ocasiona cuando una célula tumoral invade progresivamente la célula ósea.
Es una enfermedad que produce síntomas heterogéneos como la anemia, baja de plaquetas, decaimiento, palidez, dolor óseo, entre otros.
Tiene una incidencia de 3.5 casos por cada 100 mil habitantes anualmente; esto quiere decir, que en una ciudad como Cúcuta con más de un millón de habitantes, pueden presentarse, al menos, 35 casos al año.