Con la mano firme y los ojos puestos en el futuro de la ciudad, Marcela Quintero, la gerenta de la Concesión de Alumbrado Público de San José de Cúcuta (SJC), se apega a la meta de dejar un legado a los cucuteños, calles bien iluminadas.
Esta ocañera exitosa, abogada y madre, contó a La Opinión cuál ha sido su recorrido y aquellas experiencias que marcaron su vida para siempre.
"Mi carrera como abogada la hice en la universidad Libre acá en Cúcuta, arranqué en el sector financiero, la Caja Popular Cooperativa, y logré hacer el cargo de gerente regional con sede en esta ciudad. Eso hizo que conociera mucho la parte política, el tema gremial", recordó.
Aunque actualmente lleva las riendas del proyecto que le da un nuevo brillo a la ciudad, Quintero aseguró que en el ámbito profesional, el sector financiero fue el que le abrió las puertas en Norte de Santander. Se desempeñó como gerente regional del Banco Agrario y gerente del proyecto de palma en el Catatumbo.
"Conozco el departamento, el sur del Cesar, el sur de Bolívar. Esto me llevó a vincularme con todo los temas sociales, agroindustriales de la región, y fue una experiencia muy bonita", y agregó que aunque es una zona de conflicto, si se hacen las cosas bien se pueden lograr cambios.
Marcela es una mujer aguerrida, de una belleza particular, con una disciplina alemana de admirar y fuertes convicciones. Desde muy joven enfrentó retos que dieron giros sorprendentes a su vida y la forjaron como persona.
"Fui criada por 7 hermosas mujeres y una matrona que era mi abuela. Soy madre soltera tengo una hermosa hija de 30 años, y eso me llevó a retarme a los 16 años", contó. Pese a las dificultades que surgen cuando se forma a un hijo, su meta siempre se enfocó en salir adelante y eso le permitió derribar los obstáculos.
Sin embargo, no solo ganó batallas en su vida personal, siendo profesional, trabajando en el Catatumbo, enfrentó el reto de trabajar con comunidades en zona de conflicto armado.
La experiencia más fuerte que tuvo fue hace diez años, cuando hacía parte del programa recuperación de las zonas de conflicto, donde viajó y se hizo querer de la comunidad de Teorama, San Pablo, Hacarí, La Gabarra y otros sectores de riesgo del sur de Bolívar. Allí su misión era pararse a decirle a la gente que "hay oportunidades, que hay diferentes formas de hacer las cosas, que los cultivos ilícitos y la ilegalidad no son una forma de vida, que hay otra forma de vida", fue un reto en su carrera.
Para Marcela, llevar un discurso bonito a estas comunidades no vale, se debe demostrar con hechos que el cambio si se puede dar.
"Recuerdo salir en helicóptero, no poder entrar, recoger heridos, en más de una oportunidad a personas con las piernas partidas por las minas. Cuando uno ve eso en vivo y en directo se convence que este país se merece una segunda oportunidad", mencionó Quintero con la mirada perdida, como si volviese a vivir cada uno de esos momentos.
El reto con el alumbrado
De las cosas que Marcela Quintero siente que más le llamaron la atención cuando asumió el cargo como gerenta del Consorcio de Alumbrado Público de San José de Cúcuta (SJC), fue cuando le dijeron que "a ella la traían para hacer valer la compañía y sacarla adelante", y ese es su único propósito cumplir las metas y cumplirle a los cucuteños.
Esto sumado a la seguridad y disciplina, la hacen una líder ejemplar porque dice que no hace falsas promesas y eso la ha acercado a la comunidad. Aseguró que uno de los principales problemas que ha tenido que enfrentar en este cargo es manejar el desconocimiento de la gente.
"La comunidad no sabe cuál es el alcance del contrato y esto genera situaciones incómodas. Dicen que hay sectores apagados, que no llegamos a todas partes, pero yo no me puedo salir del contrato porque es mi ley", dijo Quintero.
La gerenta afirmó que recibieron además todos los problemas que tenía la concesión anterior. 1.500 quejas que no habían sido resueltas en 20 años y de las que le tocó apropiarse, incluso creando un departamento jurídico solo para atenderlas.
Para finalizar, dijo que Cúcuta es una ciudad muy bella, un lugar agradable para vivir y debemos aprender a cuidarla. Agregó que seguirán siendo constantes con el trabajo para que sea mejor y reiteró: "vamos a salir victoriosos".