Terminó el calvario que estaba viviendo la familia del soldado Huber Fabián Chogo, quien había sido secuestrado por el Eln el pasado 15 de septiembre, saliendo de El Tarra hacia Tibú.
Los casi dos meses de lágrimas y súplicas para que el grupo armado ilegal liberara al militar de 19 años, ya es cosa del pasado. Ahora, los malos recuerdos se reemplazan con la dicha de abrazarlo y decirle las palabras bonitas con las que mantenían la esperanza, mientras estaba en cautiverio.
Neidy Becerra, la madre del militar se enteró de la grata noticia ayer, a las 4:00 de la mañana, cuando se encontraba en una finca en zona rural de El Tarra.
Hasta el sueño se le quitó, cuando un amigo de la familia, enviado por su hermana, tocó a su puerta para decirle que su milagro se había cumplido. De inmediato se puso en contacto con algunos militares de la Quinta Brigada del Ejército, para saber cómo estaba su hijo.
La tía de Huber Fabián también se enteró de la liberación ayer, en la madrugada, cuando por medio de un amigo que los despertó a mitad de la noche y les mostró un vídeo en el que se veía al joven militar junto con un sacerdote y la defensora del Pueblo Regional Ocaña, Deicy Díaz Torrado, quienes confirmaban que había sido liberado. Ella estaba a una hora de distancia de su hermana Neidy, por lo que optó por enviarle la razón.
“La Defensoría del Pueblo me estaba llamando, pero como la señal acá es mala, no era posible contactarnos. Estoy que no puedo de la dicha. Para nosotros es una gran dicha, poder abrazarlo, decirle que lo amo”, explicó la mujer, en medio de la alegría que la invadía a mitad de la noche.
Pero los deseos de verlo, debieron esperar unas cuantas horas, hasta que el militar fue trasladado a la base militar en Ocaña, donde lo examinaron para establecer cómo estaba de salud.Los familiares viajaron en un bus intermunicipal desde El Tarra hasta Ocaña, una travesía de más
de cuatro horas, con la que esperaban ver a Huber Fabián. “La Quinta Brigada nos colaboró con los viáticos y los pasajes. Estamos ansiosas. No tenemos palabras para describir como nos sentimos”, comentó la tía del soldado.
Pero ellas tuvieron que esperar a que terminaran los exámenes médicos, para poder a abrazar al joven.