La alerta que recibieron la Policía de Norte de Santander y el Ejército Nacional sobre la presencia de dos hombres sospechosos en la zona rural de Ocaña fue un aviso crucial que marcó el inicio de una operación de seguridad.

Estos individuos estaban señalados de estar tramando un ataque contra las fuerzas armadas, lo que levantó las alarmas en la región.

La información llegó a los uniformados, el pasado miércoles alrededor del mediodía. Ante la seriedad del aviso y el potencial peligro que representaban estos hombres, se decidió aunar esfuerzos entre la Policía y el Ejército.

Inmediatamente comenzaron a organizar un operativo para dirigirse al lugar señalado, que se encontraba en la vía hacia el corregimiento Aguas Claras.

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La cooperación entre las diferentes unidades fue fundamental, ya que la situación requería una acción rápida y coordinada.

A las 3:00 de la tarde, tras horas de preparación y desplazamiento, los uniformados finalmente llegaron al sitio y comenzaron a inspeccionar cada rincón en busca de los sospechosos. Conforme avanzaban, se mantuvieron alerta, ya que sabían que cualquier descuido podría ser fatal.

Fue en ese momento cuando se encontraron con dos hombres que coincidían con la descripción proporcionada. Estaban agachados y escondidos a un costado de la vía, un comportamiento que no solo levantó las sospechas de las autoridades, sino que también indicaba que estaban al tanto de la operación en su contra.

Después de realizar una requisa a cada uno de ellos, los policías y soldados se llevaron una sorpresa inquietante. Eyder Antonio Guevara Rodríguez y Jesús Alexander Páez Quintero, los detenidos, tenían en su poder dos minas antipersona fabricadas artesanalmente.

Además, poseían 28 cartuchos calibre 7,62 milímetros para fusil AK47 y un proveedor de armas, todo lo cual dejaba entrever la gravedad de su intención.

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Para colmo, también se encontraron en posesión de una motocicleta Suzuki GN 125 roja, que no tenía placas.

Aunque los hombres intentaron desviar la atención de las autoridades, alegando que no tenían relación con los elementos encontrados, la evidencia hablaba por sí misma.

No había duda de que los artefactos estaban en su poder y que con ellos planearían llevar a cabo una acción violenta contra las fuerzas armadas.

Las investigaciones preliminares sugieren que su objetivo podría haber sido instalar las minas en esa zona, que se encuentra a escasos metros de un punto estratégico del Ejército, donde se realizan controles constantes. Además, que serían presuntos integrantes de la Red de Apoyo a la disidencia de las Farc.

Según las autoridades, Eyder Guevara, alias El Mono, sería el cabecilla de esa red que estaría al servicio de esa guerrilla en la Provincia de Ocaña.

Los hombres fueron capturados y posteriormente presentados a la Fiscalía, donde se les imputó el delito de porte ilegal de armas, municiones o explosivos de uso privativo de las fuerzas armadas.

Su situación es preocupante no solo por los cargos que enfrentan, sino también por la posibilidad de que existan más planes delictivos en marcha en la región.

Al cierre de esta edición, ‘El Mono’ y Jesús Páez permanecían a la espera de que un juez definiera su situación jurídica.

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