Los últimos mensajes que compartió Jairo Felipe Antolínez Mojica, de 63 años, a través de la red social Facebook, reflejan devoción religiosa y también escritos alusivos y apegados a la vida, que fueron publicados justo un día antes de ser asesinado a puñaladas por dos hombres desconocidos.
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Los gritos pidiendo ayuda, que oyeron los vecinos de la calle 31 entre avenidas 8 y 9, del barrio Patio Centro, en Los Patios, fueron el presagio del macabro ataque que sufrió la víctima, en la parte trasera de su vivienda.
Aunque Antolínez, quien era pensionado de una reconocida empresa de bebidas, fue trasladado de inmediato al hospital de Los Patios y posteriormente, remitido al Hospital Universitario Erasmo Meoz, en Cúcuta, pero llegó sin signos vitales.
Los rastros de sangre que quedaron en la casa, les permitió a los uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) que arribaron al lugar del hecho, verificar el sitio donde fue atacado Jairo Felipe, al parecer, por dos hombres que había contratado para que hicieran algunos trabajas de albañilería en la vivienda.
“Él siempre que hacía un trabajo, contrataba a hombres menores de 20 años para que lo hicieran. Además, tenía algunos inquilinos, porque arrendaba las habitaciones”, explicó una familiar de la víctima.
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Los investigadores judiciales que se encargaron de las pesquisas en la escena del crimen hallaron dos cuchillos y un machete, con los que fue atacada la víctima.
Aunque una de las hipótesis que analizan las autoridades es que el hecho se dio en medio de una riña por intolerancia, no se descarta que los agresores atacaron a la víctima por robarla. Antolínez recibió dos puñaladas en el pecho y el abdomen.
“Él vivía solo y no comentaba las cosas, no sabemos si en estos días había cobrado la pensión y lo quisieron robar, porque aún no sabemos si se perdieron algunas cosas”, insistió uno de los dolientes que arribó a la vivienda donde ocurrió el homicidio.
Jairo Antolínez nació en Boyacá, pero llegó con su familia a Cúcuta, donde creció y se radicó. Dejó tres hijos.
Según algunos familiares de la víctima, los últimos días no habían compartido constantemente con su ser querido. Sin embargo, sabían que arrendaba algunas habitaciones a unos migrantes y también solía contratar a personas extranjeras para las remodelaciones en su casa.
“No aprendemos a tener más cuidado. Muchas veces por ahorrarse un dinero, se llevan personas extrañas a la casa y no sabe en qué pueda terminar todo”, dijo uno de los familiares.
Miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección en el lugar del ataque y el levantamiento del cadáver en el centro médico.
El lugar fue custodiado por unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta para adelantar las pesquisas en la escena del crimen.
