Los vecinos de la cancha conocida como 'Los Copetes', en el barrio Guaimaral, reflejaban gestos de alegría en el momento en que uniformados de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) y de la Seccional de Inteligencia Policial (Sipol), de la Policía Metropolitana de Cúcuta, capturaban a los responsables de dominar el microtráfico en ese sector.
“A mí sí me alegra mucho que los capturen, esa gente nos tenía amedrentados. Por fin los agarraron, porque ya nos tenía cansados esa venta de droga y los robos en este sector”, dijo un hombre que arribó al lugar en donde los policías estaban capturando a un hombre señalado de tener su imperio del expendio al menudeo de sustancias sicoactivas en la zona.
12 hombres y una mujer eran los encargados de sembrar el terror en este popular sector de la ciudad, a través de la venta de cocaína y marihuana en los parques y cerca de los colegios.
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Para conocer el accionar de la banda de microtraficantes Los Copetes, dos uniformados de la Policía se infiltraron en la organización, simulando ser consumidores de droga, durante los últimos seis meses.
De esta manera, la Policía descubrió que la mayoría de estos jíbaros eran vecinos, por esto, el apoyo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, fue fundamental para judicializarlos.
Entre las pruebas que tienen las autoridades contra esta banda hay testimonios de testigos, interceptaciones telefónicas y rigurosos seguimientos que permitieron adelantar los allanamientos, logrando la captura de 12 personas y una más imputada, buscadas por los delitos de concierto para delinquir, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
El coronel Javier Barrera, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, aseguró que la modalidad utilizada por esta banda era a través del narcomenudeo.
Los expendedores de drogas escondían las sustancias en los árboles, en las mallas de las canchas de fútbol y debajo de las piedras, especialmente en los barrios Guaimaral y Ceiba II.
Su accionar se concentraba en la cancha conocida como Los Copetes, en los colegios ubicados en este sector, generando un alto riesgo para la comunidad estudiantil.
Asimismo, los jíbaros extendían la venta de drogas en los parques Guaimaralito y Carlos Ramírez París, además de vender cocaína y marihuana en sus casas, para no despertar sospecha de las autoridades.
Las ganancias de esta red alcanzaron a llegar a los $4 millones diarios, producto del microtráfico, volviendo este negocio en algo muy rentable.
“Ellos llegaban temprano y se ubicaban estratégicamente en un árbol ubicado en inmediaciones a la cancha Los Copetes, allí arribaban los consumidores que, además, eran amenazados por estos delincuentes para que les pagaran sus dosis de marihuana que consumían diariamente”, aseguró uno de los policías que se infiltró en la banda.
Los capturados
(Jean Carlo Martínez, Carlos Figueroa y Marta Lucía Osorio.)
Entre los detenidos se encuentra Andrés Felipe Sepúlveda, de 23 años, apodado como Tuercas, quien sería el cabecilla de este grupo delincuencial, siendo el encargado de organizar los turnos de los expendedores, los lugares donde debían ubicarse y la sustancia a distribuir, teniendo bajo su mando al menos a once personas.
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Asimismo, Vladimir Patiño Bueno, de 42 años, El Gordo, encargado de controlar la venta de estupefacientes en los barrios Zulima y Guaimaral; Ángel David Casadiego Rojas, de 19, Cebolla, quien se encargaba de coordinar la venta en el sector de Guaimaralito.
Como expendedores están Jean Carlo Martínez, Ratón; Carlos Figueroa, Richard Alberto Torres, Miguel Arcángel Patiño, Marta Lucía Osorio, Jheynser Javier Mantilla, José Alfonso Velandia Bautista, Luis Eduardo Escalante y Cendy Leonel Villamizar.
Los capturados fueron enviados a la cárcel por un juez, para que respondan por los delitos imputados.