La consternación que había ayer en Ocaña, tras conocerse el asesinato del reconocido sacerdote Ramón Arturo Montejo Peinado, fue tal, que cuando la Policía capturó a uno de los presuntos responsables del hecho, un grupo de personas tuvo toda la intención de lincharlo.
“Soltá a ese perro hiju@$%&”, “déjalo libre un ratico para enseñarle a respetar”, “sabandija hiju@#$%& ojalá te maten”, fueron algunas de las frases que lanzaron varias personas que presenciaron la detención de uno de los presuntos homicidas, en la vereda La Pradera.
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Y es que la gente no podía creer que el padre Ramón Montes haya sido asesinado por robarle su vehículo. “Esto es una clara muestra de lo que se vive con la delincuencia en Ocaña. Ya no respetan nada ni a nadie”, comentó un habitante de esa población del Catatumbo.
El coronel Néstor Arévalo, comandante de la Policía de Norte de Santander, señaló que la captura de un primer presunto homicida se dio luego de una persecución que se inició cuando sus hombres se enteraron del trágico hecho.
“Tan pronto conocimos sobre lo ocurrido, se coordinó un ‘Plan Candado’ y al lograr ubicar el vehículo, se dio la persecución. Los delincuentes dejaron tirado el automotor y se escondieron en un rastrojo, siendo capturado uno de ellos”, indicó el oficial.
Y en los últimos minutos se conoció extraoficialmente que las autoridades lograron la captura de otra personas que presuntamente estaría involucrada, pero que no ha sido judicializado por la Fiscalía.
También se conoció que los presuntos asesinos, para burlar a las autoridades, se quitaron las camisetas y los zapatos, y luego se escondieron en el monte, pero como los uniformados no les perdieron el rastro, lograron detener a uno de los hombres.
El primer capturado fue identificado como Antonio Montilla Jovito, y lo dejaron a disposición de la Fiscalía para ser presentado ante un juez y definir si lo envían a la cárcel o no.
El ataque
Según testigos, ayer, hacia el mediodía, el sacerdote llegó a un parqueadero del barrio Jesús Cautivo de Ocaña, con su camioneta, cuando fue interceptado por dos hombres.
Los delincuentes amenazaron al religioso, de 45 años, y le ordenaron entregar el vehículo, pero como no lo hizo, lo apuñalaron y en la huida lo arrollaron. El cadáver quedó tendido en la entrada del estacionamiento.
Cuando la Policía se enteró de lo sucedido, comenzó la búsqueda del automotor, dándose cuenta que los atracadores y asesinos huyeron hacia Aguas de La virgen.
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Ayer, al cierre de esta edición, la Policía y el Ejército trataban de ubicar al otro hombre que participó en el lamentable suceso.
“La administración municipal rechaza ese tipo de hechos de sangre que alteran la tranquilidad ciudadana y alerta a la gente para que denuncie cualquier movimiento sospechoso para neutralizar a los delincuentes”, aseguró el secretario de Gobierno de Ocaña, Freddy Arengas Romero.
Un cura muy reconocido
Este hecho provocó revuelo entre los ocañeros porque el sacerdote Ramón Montes Peinado era muy conocido por su gran colaboración hacia la gente que lo buscaba.
Además, colaboró en procesos de liberación de varios secuestrados en el Catatumbo, como fue el caso de Fabián Arias, en diciembre del año pasado.
El cura pertenecía a la parroquia San José del corregimiento Buenavista de la Diócesis de Ocaña y, además, era delegado de la Iglesia católica para el mecanismos de verificación de los acuerdos de paz.
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