El promedio de muertes violentas de venezolanos en Norte de Santander se ha mantenido por encima de las 100 víctimas por año, desde el 2020 hasta el 2023. A marzo, del presente año, iban 26 homicidios.
Las cifras fueron reveladas en el último informe del Instituto Nacional de Medicina Legal que da un panorama de los homicidios ocurridos en las diferentes ciudades y departamentos del país, dentro de este lapso de años.
Dichas muertes violentas fueron clasificadas por: homicidios por arma de fuego, por arma blanca, en riñas y violentas por otras causas.
Los años más violentos para los venezolanos en Norte de Santander fueron 2021 (152 muertes violentas), seguido de 2020 (151); 2022 (140), y 2023 (133).
Cabe resaltar que Cúcuta repunta, en todos años, en el mayor número de casos conocidos por Medicina Legal, seguido de los municipios del área metropolitana, además de Tibú y Ocaña.
El año pasado el departamento registró 96 crímenes por arma de fuego, 10 por arma blanca, 6 en riñas, y por otras causas violentas 21. De estos 133 casos, 60 asesinatos, con arma de fuego, se cometieron en la capital nortesantandereana.
El presente año, de las 26 muertes violentas registradas a marzo en Norte, 10 fueron por arma de fuego en Cúcuta, seguida de 5 en Villa del Rosario, 3 en Tibú, y una en Los Patios y Puerto Santander. Por arma blanca se contabilizaron 2 muertes en Cúcuta, una en Chitagá y otra en El Zulia.
Entre 2020 y 2023 el año que marcó el mayor número de muertes por arma de fuego entre los 40 municipios del departamento fue 2021 con un registro de 117 muertes a manos de sicarios. De estos 47 casos ocurrieron en Cúcuta, 19 en Tibú, 19 en Villa del Rosario, 12 en Puerto Santander, 5 en Ocaña, 4 en El Zulia, sumado a dos casos, en cada uno de los municipios de Convención, El Tarra, Los Patios, Pamplona y Sardinata. Y uno más en San Cayetano.
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Los suicidios
Los datos de Medicina Legal, soportados con las actas de defunción de las víctimas, también hacen referencia a los venezolanos que murieron en suicidios.
Entre 2020 y 2023 se contabilizaron 35 muertes por esta causa en Norte de Santander, sumado a un caso en marzo, del presente año, ocurrido en el municipio de Teorama. Los años en que ocurrieron el mayor número de suicidios fueron 2022 y 2023.
Las muertes no terminan
En un reciente caso, los cadáveres de dos jóvenes fueron hallados en la parte alta del barrio Antonio Nariño, en Villa del Rosario.
Lo que la familia de Gabriel Alexander Belloso Peña jamás imaginó era que uno de esos cuerpos sería el de su ser querido, quien se encontraba desaparecido. En el lugar del crimen, las autoridades policiales hallaron 6 vainillas y un proyectil.
“A mi papá le dijeron que a él lo habían capturado porque no tenía los papeles al día, ahí tuvimos como una luz de esperanza porque estaba vivo, entonces cuadramos con mi abuela para que ella viajara desde Venezuela hasta Cúcuta a verlo”, dijo la hermana de la víctima.
El 10 de abril, la mujer llegó a la capital nortesantandereana y se acercó a las instalaciones del búnker de la Fiscalía, en donde le dieron la noticia: a su nieto lo habían encontrado muerto.
“Allá no aparecía ninguna captura con su nombre. Luego me dijeron que tenían dos cuerpos sin identificar y cuando me mostraron las fotos, ahí estaba mi Gabriel, el niño que yo crié”, contaba la abuela mientras sus lágrimas recorrían su rostro.
Tras conocer la noticia, su hermana que reside en Bogotá, también arribó a Cúcuta y durante dos días, adelantaron las diligencias para que les entregaran el cuerpo del joven.
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“Nosotros somos de escasos recursos y no contamos con lo suficiente para llevárnoslo para Venezuela. Hemos acudido a varios lugares a ver si nos pueden colaborar pero esto de verdad es algo muy duro”, añadió, en ese momento, la hermana.
Mientras esperaban en una de las sillas de la funeraria, las dos mujeres recordaron a Gabriel como un joven amable, noble y que siempre estaba dispuesto para ayudarlos a todos. Desde muy niño aprendió sobre latonería y pintura, que era en lo que se desempeñaba en Barquisimeto, sin embargo, la difícil situación económica lo impulsó a hacer su maleta en el 2022 y viajar a San Antonio, para radicarse allí.
“Nos preocupábamos muchos porque todos los días atravesaba esas trochas tan tarde. Él trabajaba como carretillero, barriendo, limpiando, cargando bultos, lo que lo pusieran a hacer”, comentó la hermana.
Su mamá y su hermana mayor viven en Estados Unidos; su papá y su abuela, en Venezuela; mientras que su hermana menor, en Bogotá.
Desafortunadamente, la muerte de Gabriel Alexander Belloso seguirá sumando a la estadística de sus compatriotas muertos a manos de los violentos en Norte de Santander y el país.
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