“Ese desgraciado se tragó a mi hija”, repetía desconsolado el papá de Diana Mercedes Marín Rozo, mientras la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) hacía la dolorosa inspección técnica y el levantamiento del cuerpo.

Diana, una luz en la vida de su familia, fue brutalmente asesinada en su propio hogar, a manos de quien se suponía era su pareja sentimental y le juraba amor, mientras su pequeño hijo observaba la escena.

El silencio de la tragedia pesaba en el aire, mientras los seres queridos de Diana Mercedes observaban, paralizados por la incredulidad y el dolor, el momento en que su cuerpo era sacado de la casa.

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Los familiares, abrazados en su desconsuelo, esperaban con el corazón destrozado que todo esto fuera solo una terrible pesadilla.

Sus lágrimas y susurros de dolor, resonaban en el entorno, acompañados por las miradas tristes y solidarias de una comunidad que también sufría la pérdida de una vecina.

Lo único que les daba un poco de consuelo era saber que el hombre que, supuestamente, cometió el crimen, también se quitó la vida en una vereda cercana.

La idea de que él también pagó con su vida, aunque nunca compensaría la pérdida de Diana Mercedes, les permitía sentir que la justicia, de alguna retorcida manera, se había llevado a cabo.

Lo que sería una relación tóxica y tormentosa, terminó dejando a dos niños huérfanos y a dos familias destrozadas.

Diana Marín se convirtió en la primera víctima de feminicidio de este año en el área metropolitana de Cúcuta, una tragedia que sirve como recordatorio del devastador impacto de la violencia intrafamiliar y de la necesidad urgente de acompañar a quienes están atravesando por una situación similar.

Una trágica madrugada

Ayer, el día rutinario para Diana Mercedes inició a las 4:00 de la madrugada, cuando alistaba a su hijo mayor para llevarlo al colegio, mientras el menor descansaba plácidamente en la cama.

La mujer salió de su vivienda, ubicada en la manzana D con lote 4, de la urbanización Luis David Flórez, que está a escasos metros del barrio Trigal del Norte.

Sin embargo, después de dejar a su hijo en la institución educativa y regresar a su casa para realizar las labores del hogar, nunca pensó lo que le esperaba.

A las 6:00 de la mañana, su pareja sentimental, con la que convivía desde hace más de diez años y con quien tenía dos hijos, Nelson Marcelino Rangel Mora, de 42 años, la estaría esperando.

“Él estuvo en la tienda anoche, estaba tomando trago, fumando también y se notaba algo inquieto. Esta madrugada igual, lo vimos pasar varias veces en la moto como dando vueltas y bastante alterado, además que todo amanecido”, comentó una residente del sector.

Según algunas versiones, cuando la mujer ingresó a la vivienda se desató un intercambio de palabras y, acto seguido, un silencio abrumador.

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“Pasaron varios minutos así, pero como ellos peleaban tan seguido, él siempre la gritaba y la humillaba, pues pensamos que era una pelea más. Luego lo vimos a él salir en la moto, pero rapidísimo, ahí nosotros no sabíamos que ella estaba muerta”, añadió la vecina.

Minutos más tarde llegó la noticia de que Rangel Mora se había suicidado en la vereda Quebrada Seca, por el Anillo Vial Occidental. Al parecer, el hombre fue hasta la finca que tendría en arriendo y le pidió al administrador de la misma, el arma con la que luego se disparó en la cabeza. Junto al cadáver quedó el revólver, la moto y el celular.

Los familiares de la pareja fueron alertados del hecho y, consternados por la situación, fueron a buscar a Diana Marín para informarla de la trágica noticia, pero se encontraron con una escena aún peor.

“Vinimos a buscarla para contarle lo que había pasado, pero tocábamos la puerta y nadie abría. Los vecinos nos contaron lo que escucharon y ahí todos nos empezamos a asustar. Abrimos con fuerza y la encontramos muerta en la cama con una puñalada en el cuello y al lado de ella estaba mi niñito, Dios mío, qué dolor tan grande”, comentó una familiar de la víctima.

‘Era humillada’

Los familiares de la mujer, en medio de la tristeza y la impotencia, aseguraron que la mujer venía siendo humillada y maltratada desde hace años. Según los seres queridos, ella había denunciado ante las autoridades, pero el proceso nunca avanzó.

“Ellos llevaban más de diez años y sabíamos que ya le había pegado una vez, pero no sabemos si pasaron más veces, porque no nos dejaba ni siquiera hablar con Dianita. La llamábamos y él era celoso, posesivo, tóxico”, comentó uno de sus familiares.

Añadió que, “ella estaba pensando terminar con esa relación porque de verdad no aguantaba más y para evitar una tragedia, pero mire, no se pudo hacer nada. Él sabía lo que se le venía encima y por eso fue que se mató”.

Dolor y rechazo

El coronel Édgar Correa, comandante (e) de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), se sumó al rechazo por la trágica noticia y recordó las líneas de atención a las víctimas de violencia.

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“Lamentamos profundamente el asesinato de Diana Marín, presuntamente, en manos de su compañero sentimental. Nos solidarizamos con sus familiares y los acompañamos en este difícil momento”, dijo el alto mando de la Mecuc.

Añadió que, “desde la Policía se están realizando acciones para el fortalecimiento de la ruta de atención. Es importante mencionar que tenemos la línea 155 de orientación a mujeres víctimas de violencia y el número 3156322811 que es la línea de atención de nuestra patrulla púrpura”.

Por su parte, Alejandra Vera, directora de la Corporación Mujer, Denuncia y Muévete, aseguró que las mujeres no cuentan con el apoyo ni con mecanismos reales para salir de la violencia.

“Solicitamos una mesa de trabajo urgente por la emergencia nacional de feminicidios, ya vamos a completar 400 mujeres asesinadas en el país. Esto se ha salido de las manos de los gobernantes”, criticó Vera.

Además de rechazar la muerte de Diana, afirmó que es la misma situación que una gran parte de la población en Norte de Santander, especialmente mujeres, están en riesgo inminente.

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