Un incendio dentro de una casa donde se arrienda habitaciones, ubicada en el barrio Loma de Bolívar, por poco y se convierte en una tragedia que hubiera cobrado las vidas de una abuela, de 60 años, tres adultos, una bebé de un año de nacida y dos niños.

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El fuego se registró el viernes a las 8:40 de la mañana, al parecer, por un cortocircuito en un tomacorriente que provocó una chispa que se extendió por el cable, que estaba sujetado de manera improvisada en la pared.

La vivienda, ubicada en la calle 7 con avenida 15, estaba habitada por 15 personas, entre niños y adultos, arrendadas en nueve habitaciones, que se quedaron sin nada.

Ahora, los arrendados no saben a dónde ir a vivir, pues sus objetos de valor quedaron reducidos a cenizas y chatarra, por lo que piden una mano amiga para reponer los elementos que se perdieron.

“Me siento feliz porque no morí en este incendio. Pero, es triste que las cositas por las que tanto luché para comprar se hubieran quemado, es una situación que no le deseo a nadie. Sería bueno si alguien nos ayudara a reponerlas”, dijo una arrendada.

Miedo y pánico

Cuando el reloj marcaba las 8:40 a.m. en ocho de las nueve habitaciones que hay en el segundo piso, los niños, los adultos, la anciana y la bebé dormían cada una en sus piezas.

En ese momento se produjo el cortocircuito que se extendió por las puertas de madera, la ropa, las cortinas y otros elementos, provocando rápidamente el voraz incendio.

Pese al humo y las llamas, la gente no se despertó. Fue minutos después que un hombre, que trabaja vendiendo repuestos para celulares en la calle, salió de su habitación y observó un muro de candela.

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Él automáticamente se alertó y tocó las puertas de las otras piezas para que sus vecinos se percataran y salieran de la casa en llamas rápidamente. “Ese señor fue un ángel, gracias a Dios no tiene el sueño pesado. Él sacó a una niña y un niño que son hermanos, que estaban durmiendo, fue algo chistoso porque el vecino salió desnudo y se percató de eso momentos después, así estaría de atemorizado”, dijo una de las arrendadas.

Las dos mujeres, la anciana y el bebé, que quedaron dentro de la vivienda, se escabulleron hasta llegar al patio y se montaron en unas escaleras metálicas con escalones de cemento.

“Primero salió la mamá con el bebé en sus brazos, después la abuela, que no paraba de rezar y llorar, y por último me monté yo. De las escaleras dimos con el techo de una casa aledaña y escapamos de esa ‘trampa mortal’”, contó la arrendada.

Es importante destacar que la vivienda que se incendió tenía rejas en las ventanas y el balcón, por lo que la gente no podía escaparse escabulléndose por ahí.

Los Bomberos de Cúcuta arribaron a ese sitio para controlar la emergencia en vehículos equipados con diferentes herramientas. Los apagaincendios rociaron con agua la fachada de la casa, ante las miradas inertes de varios curiosos que se agruparon metros más adelante. Luego ingresaron y controlaron la candela que había en el interior de la vivienda.

Finalmente, hacia las10:00 de la mañana apagaron el incendio y, minutos después, varios de los arrendados ingresaron para observar la triste escena.

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