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Jensy Miranda, el amigo que hoy todos niegan
De próspero empresario a narcotraficante pedido en extradición. Según versiones de algunos ‘paras’ su apoyo a políticos de la región fue cierto, efectivo y muy bien remunerado.
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Jhon Jairo Jácome Ramírez
Sábado, 14 de Mayo de 2011

Iván Villazón, el famoso cantante de vallenatos, tiene una canción titulada ‘Te tengo en la mira’ en la que, con verdadero sentimiento exclama “Jensy Miranda… ¡amigo!”.

Y esa es la verdad. Miranda era el amigo de muchas personas en Cúcuta, a las que siempre les mostró su faceta de empresario, ganadero y constructor. El otro Jensy Miranda, el que traficaba con drogas hacia Europa usando rutas que atravesaban el norte de África, parece ser que no lo conocía nadie.

Esa doble vida, al mejor estilo del “doctor Jekyll and Míster Hyde”, le permitió establecer relaciones con los círculos sociales, económicos y políticos de la ciudad, que en ningún momento sospecharon que detrás del próspero empresario se escondía un poderoso narcotraficante sobre quien se ceñían todas las miradas de las autoridades españolas.

Fue el exjuez español Baltasar Garzón quien se encargó de desenmascararlo, y el 16 de abril de 2009 Jensy Miranda, quien era conocido en el bajo mundo con el alias de ‘Ernesto’, fue capturado en su casa del barrio Bellavista, acusado de enviar grandes cantidades de cocaína en aviones y barcos de gran calado hacia las Islas Canarias a través de Guinea y Cabo Verde en África.

Uno de los primeros personajes públicos que se vio cuestionado y sorprendido por el prontuario delictivo que de un día para otro le apareció a Miranda, fue el entonces gobernador del departamento de Norte de Santander Luis Miguel Morelli Navia.

Ante las constantes presiones de los medios por conocer un pronunciamiento de su parte acerca de las relaciones que se presumían había sostenido con el recién capturado y de la reunión en la que habría participado, junto a Miranda, con el reconocido jefe paramilitar Jorge Iván Laverde Zapata alias ‘El Iguano’, el exgobernador le dijo a El Tiempo, el 27 de junio de 2009, “sí, yo asistí. Pero, si bien recibí su apoyo, no fue en plata. Lo conocí como empresario”.

De esta manera, Morelli Navia aparecía ante los medios desmintiendo las versiones que circulaban en Cúcuta y Bogotá afirmando que Jensy Miranda le había hecho varios giros de dinero a su campaña.

Hoy, dos años después de la captura de Miranda se han conocido nuevos detalles de la presunta reunión que él, Morelli y ‘El Iguano’ sostuvieron un mes y medio antes de las elecciones que finalmente llevaron a Morelli a la Cúpula Chata.

Un desmovilizado paramilitar del Frente Fronteras y que hoy hace parte de la Ley de Justicia y Paz, sostuvo a La Opinión que “en el sector conocido como Los Cámbulos, del corregimiento de Aguaclara, un mes y medio antes de las elecciones para elegir gobernador, Jensy Miranda Dávila citó a ‘El Iguano’ a la finca de su propiedad para hablar de un tema que él consideraba importante”.

Según el desmovilizado, “a Miranda las autodefensas del Frente Fronteras lo conocíamos como un próspero ganadero y empresario de la región, más no como un narcotraficante”.

A la reunión, a la que asistieron Luis Miguel Morelli Navia, algunos integrantes de su campaña, Miranda, ‘El Iguano’ y otras personas que no se han podido establecer (escoltas personales de ‘El Iguano’), Miranda, Morelli y sus acompañantes, llegaron en una camioneta Toyota Burbuja color plateado.

Antes de salir para la importante cita decidieron llevarle un presente a “El Iguano” y le ordenaron al chofer  recoger una botella de whisky Sello Azul en la casa de uno de ellos.

“En el encuentro, Jensy Miranda le planteó a ‘El Iguano’ la posibilidad de apoyar a Morelli, quien no aparecía como el favorito para las elecciones ya que las Auc apoyaban como su candidato a Ricardo ‘El Chico’ Elcure”, agregó.

En esa reunión, en la que Miranda y Morelli ofrecieron como regalo al jefe paramilitar la botella de whisky, se decidió que las autodefensas apoyarían en las zonas que estaban bajo su influencia al candidato de Miranda, es decir, a Morelli Navia.

Desde Pamplona hasta Petrólea, pasando por Salazar, Herrán, Ragonvalia, Chinácota, Los Patios, Cúcuta y su área metropolitana, que eran las zonas sobre las cuales ‘El Iguano’ tenía mando, se ordenó a los comandantes que cambiaran la estrategia para las elecciones y ‘voltearan’ a las comunidades a favor de Morelli.

“A ‘El Iguano’ lo buscaron Miranda y Morelli no para pedirle plata, como sí lo hizo ‘El Chico’ Elcure, sino para pedirle apoyo electoral”, señaló el desmovilizado testigo de la reunión.

“La maquinaria económica de Morelli le permitía llevar a cabo una campaña sin contratiempos a ese nivel, el problema era que la gente, quizás por temor y por las órdenes que nosotros dábamos, le caminaba más a Elcure, a quien el Frente Fronteras sí tenía que apoyar con dinero”, señaló la misma fuente.

Como prueba de garantía de que el acuerdo concertado en la reunión de “Los Cámbulos” empezaba a funcionar, se programó una manifestación de apoyo a la campaña de Morelli, que se realizó aproximadamente una semana después, en Puerto Santander, corazón y epicentro de las actividades de las Auc en esa época.

Después de la reunión con ‘El Iguano’, Morelli Navia empezó a ganar en todas las zonas en las que tenían influencia las autodefensas, a tal punto que en un mes, logró destronar al seguro ganador de esas elecciones que, según los ‘paras’, era ‘El Chico’ Elcure.

Según el testigo del encuentro llevado a cabo en una de las fincas de Jensy Miranda, Morelli prometió, una vez ganara las elecciones, cederles contratos a los ‘paras’ y colaborarles con el tema de la atención en salud a los heridos que la guerra que se libraba en El Catatumbo y el departamento le representaba a los ‘paras’.

Esos contratos se suponían que iban a ser adjudicados a empresas de Miranda, quien destinaría un porcentaje de los mismos a la causa paramilitar.

Lo cierto es que una vez Morelli ganó, los ‘paras’ empezaron a ejercer presión para que les cumpliera lo prometido. Y fue así que, a través de unos contratos adjudicados a Miranda, Morelli habría cumplido con sus promesas electorales.

Dichos contratos se cumplieron, a través de las empresas de Miranda, en obra pública con la Constructora Valle Hermoso y en la campaña de “Pan y Leche” con la empresa Norlácteos.

Dos años después de la captura de Jensy Miranda continúan apareciendo nuevos detalles sobre la famosa reunión en la que, al parecer, se habría acordado quién sería el ganador de las elecciones para escoger al gobernador del departamento.

Serán las autoridades y los mismos ‘paras’ partícipes de ese encuentro, quienes se encarguen de desmentir o confirmar de una vez por todas, si tal reunión existió y si fue así, qué fue lo que allí se pactó.  

“La orden que teníamos era matar a Ramiro Suárez”

El mismo desmovilizado paramilitar, que perteneció al Frente Fronteras y hoy hace parte del proceso de Justicia y Paz, confirmó lo dicho por Jorge Iván Laverde Zapata, alias ‘El Iguano’, al canal ATN, con relación a la orden que existía de asesinar al exalcalde de Cúcuta, Ramiro Suárez Corzo, orden que al parecer habría sido dada por el mismo Carlos Castaño por medio del comandante del Bloque Catatumbo Salvatore Mancuso.

“Camilo (Armando Alberto Pérez Betancourt) y ‘El Iguano’, dieron la orden de matar a Ramiro porque según ellos, sostenía reuniones con el comandante del frente 33 de las Farc, Rubén Zamora, en la zona de Machiques de Perijá, un municipio del estado Zulia en Venezuela”, sostuvo el desmovilizado.

Al parecer, continúa el exparamilitar, Manuel Guillermo Mora Jaramillo, actual senador por el partido de la U, en su época como alcalde de Cúcuta, medió ante los ‘paras’ para que no se diera muerte a Suárez Corzo.

“Según conocimos en esa época, el alcalde Mora contactó a Elías Galvis Rodríguez, alias ‘Pacho’, quien era el jefe político del Bloque Catatumbo y el Frente Fronteras para que le consiguiera una cita con Salvatore Mancuso y así lograr reversar la orden de muerte que pesaba contra Ramiro Suárez”.

Fue a través de ‘Pacho’ que el senador Mora logró reunirse con unos primos de Mancuso y éstos a su vez mediaron ante su familiar, comandante del Bloque Catatumbo, para que no se matara a Suárez Corzo.

“Nosotros nos enteramos que por ese contacto Mora le pagó a ‘Pacho’ unos $50 millones. Lo curioso del caso es que yo estoy seguro que el que había hablado de los nexos de Ramiro Suárez con  la guerrilla fue el mismo ‘Pacho’, pues él era un desmovilizado de esa guerrilla que viajó hasta el Urabá para presentarse ante la casa Castaño y pedir su admisión en las Autodefensas”.

Después de la reunión de Mora con los primos de Mancuso se cambió la orden de matar a Ramiro Suárez y contra toda lógica, se decidió que lo mejor era apoyarlo, pues desde ese tiempo él ya se perfilaba como el posible ganador de las elecciones a la Alcaldía de Cúcuta.

Elías Galvis, alias ‘Pacho’ y quien se menciona como el intermediario entre los ‘paras’ y el exalcalde Mora, está desaparecido desde un mes antes de la desmovilización del Frente Fronteras, llevada a cabo, junto al Bloque Catatumbo, el 10 de diciembre de 2004.

Acuerdos con la nueva administración

Una vez elegidos los nuevos mandatarios para el departamento Norte de Santander y el municipio de Cúcuta a finales del 2007, Jensy Miranda cambió de rumbo en su contratación.

Después de haber tenido por cuatro años una secretaría en la gobernación, que para efectos políticos aparecía como adjudicada a un senador conservador, hubo cambio de rumbo.

No recibió nuevos contratos en la administración departamental, pero sí en la municipal. De hecho una persona de confianza de esa organización fue nombrada en una de las carteras que manejaba las obras públicas en la ciudad. Y de nuevo, la constructora Valle Hermoso realizó contratos en varias de ellas.

Lo curioso es que una vez más, el mismo senador conservador, Juan Manuel Corzo, apareció como el sustento político de esa posición.

¿Sería que el apoyo de Miranda fue tan importante y decisivo en la elección de la Alcaldía del 2007?

¿Cómo fue ese apoyo? ¿Por qué el mismo senador “avalando” las dos posiciones? ¿Será que nuestro senador era el que decía a quién apoyar y con qué?

Quedan muchos interrogantes por resolver en estas historias de la política local que probablemente nunca conoceremos o se sabrán a “cuentagotas”.

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