En diciembre del año pasado, Richard Ferley Escalante Acevedo regresó a Cúcuta, después de permanecer en Medellín durante 7 años, donde vivió con su papá.
Al hombre, de 24 años, el mundo de la droga le cambió la vida, pero, pese a todo, su familia seguía apoyándolo y mostrándole que si él lo quería, la adicción no los derrotaría.
Sin embargo, aunque que lo intentó, se quedó esperando la llamada que le permitiría internarse en un centro de rehabilitación de la ciudad.
La noche del lunes, Escalante Acevedo fue asesinado en un lote baldío, ubicado en el barrio Torres de Molinos.
Ese día fue el último con su familia, pues después de que su hermana le diera el almuerzo y $2 mil, él salió creyendo que, como siempre, volvería. Sin embargo, no fue así.
Esta vez, una llamada les informó que a Richard Ferley lo habían asesinado.
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Quería rehabilitarse
A Richard Escalante su mamá nunca lo dejó solo, ella siempre estaba a su lado para recordarle que en cada uno de sus pasos lo apoyaría y que todo lo que quisiera hacer para salir de la adicción y mejorar, ahí estaría ella.
“Él mismo fue el que nos dijo que quería rehabilitarse e internarse para cambiar. De hecho, desde que empezamos a ir a las citas, aunque él llegara como llegara, mi mamá lo empujaba para que se alistara y fueran a la cita con el psicólogo”, explicó entre lágrimas, la hermana de Escalante Acevedo.
Con el pasar de las semanas, llegaron a la conclusión que él necesitaba internarse para una mejor recuperación, pero no había camas habilitadas, por lo que solo esperaban a que los llamaran. Pero Richard fue asesinado y el teléfono nunca sonó, todos se quedaron esperando.
“Él tenía tantas ganas de cambiar, que siempre me preguntaba si ya habían llamado, pero nunca fue así. Le rogué al psicólogo, porque él quería internarse, pero no habían camillas”, sostuvo la mamá de Richard.
Desde los 14 años, el joven empezó a consumir droga, sin creer que una dosis sería suficiente para quedarse ahí.
Según la mamá y hermana Richard, la droga le quitó muchas oportunidades, como compartir con su hijo de 6 años, al que por pena prefería no ir a visitar, pues su apariencia física no era agradable.
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‘Él actuaba con respeto’
Richard sabía hasta qué punto llegar, cuando su adicción estaba en el límite, sabía que ya era hora de volver a la casa, como siempre, sus familiares estaban ahí con los brazos abiertos para nunca dejarlo solo.
“Pese a que él llevaba mucho tiempo siendo consumidor, nunca llegamos a creer que tuviera un final así, pues él era respetuoso y cariñoso”, agregó la hermana del joven.
Tenía amenazas
El ser consumidor, llevó a que Richard Escalante corriera muchos riesgos. Aunque su familia nunca creyó que lo fueran a matar, ahora les queda aceptar que el joven es una víctima más de la violencia desatada en Cúcuta.
De acuerdo a sus familiares, Escalante Acevedo había decidido buscar ayuda, pues le habían dicho que él estaba en una lista y lo iban a matar.
Y finalmente, sucedió, la noche del lunes, Richard Ferley fue asesinado en un lote oscuro, ubicado en la calle 23 B con avenida 16, del barrio Torres de Molinos.
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